El Gobierno negocia por estas horas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el adelanto de desembolsos previstos para este año y buscaría lograr cerrar ese proceso antes de fin de mes. Pero, en medio de esas conversaciones, Argentina debe hacer frente al vencimiento de u$s2.700 millones y, según el portal de noticias Ámbito, en las próximas horas, saldará u$s1.900 millones de ese monto.
Esto se da en un contexto en el que están abiertas las conversaciones y cuando estaba previsto un viaje a Estados Unidos de un grupo de técnicos para avanzar en ese sentido. Finalmente, el equipo de Economía irá a Washington la semana próxima, según parece. Sin embargo, durante todo el fin de semana, Sergio Massa tuvo reuniones virtuales con el Fondo.
Una vez que haya un acuerdo claro, el equipo viajará para poner en "papel" lo negociado y, luego, Massa y Miguel Pesce, presidente del Banco Central (BCRA) irán a firmar el documento. "Probablemente, todo esto suceda antes del 30 de junio", anticipa una fuente.
UN FMI DISPUESTO A NEGOCIAR
Lo cierto es que, tal como señala a este medio Emilia Val, integrante del Centro de Estudios Sociales de la Economía (CESE) de la Universidad de San Martín (UNSAM), el Fondo, “hasta el momento, ha sido flexible con Argentina y parece dispuesto a seguir negociando para evitar una disrupción antes del fin del mandato del Frente de Todos”.
Y considera que esto está en línea con el hecho de que la credibilidad y reputación del organismo está ligada a la suerte de su principal deudor, cuya situación de fragilidad económica e incertidumbre política puede jugar a favor del Gobierno en las negociaciones.
La experta en deuda externa destaca que el Gobierno, por su parte, incluso con conflictos internos en torno al tema, “ha logrado mostrar cintura en las tratativas con las autoridades del FMI y Massa ha buscado incesantemente alternativas y ampliación de fuentes de financiamiento internacional para apuntalar las reservas”.
¿POR QUÉ PAGAR?
Claudio Loser, economista y ex director del FMI para el Hemisferio Occidental, coincide con la visión de Val y señala que se aplicó un "programa muy blando par los observadores" a esta administración, pero descarta que esa decisión tenga objetivos electoralistas. Y la decisión de avanzar con este nuevo pago está en línea con la búsqueda de dar una señal de compromiso firme con el cumplimiento del programa.
Y es que, Loser explica que "salir del programa acordado con el FMI, en el cual faltan por girar aproximadamente u$s15.000 millones implicaría que los próximos vencimientos de este año y el próximo deben ser pagados, en lugar de ser transformados en una deuda hasta 10 de madurez, y con 3 años y medio de gracia, período en el que el país puede estabilizar su situación económica financiera, aunque pagando intereses".
Todo indica que el Fondo parece dispuesto a seguir negociando para evitar una disrupción antes del fin de la actual gestión de gobierno y, en adelante, tendremos que analizar cómo los funcionarios y las autoridades del organismo encararán las próximas negociaciones en un escenario político y económico complejo.