El Indec trabaja en un cambio en la canasta de bienes y servicios que utiliza para realizar las mediciones mensuales de inflación, según confirmaron fuentes oficiales a Infobae, que explicaron que la modificación aún no tiene fecha de implementación, aunque en el organismo descartaron que sea este año. La canasta del IPC de Indec fue actualizada en 2017 por última vez. La recalibración de la medición busca “actualizar los hábitos de consumo en un momento determinado”, apuntaron fuentes oficiales. Según comentaron desde el organismo estadístico, actualmente las mediciones de inflación utilizan datos de consumo de 2004 y 2005.
El cambio que estudia el Indec implicará referenciar el nuevo IPC en la última Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017/2018 que los técnicos de Indec terminaron de procesar en 2020. Una autoridad del Indec descartó que la implementación de la nueva canasta pueda realizarse este año por la pandemia y porque se necesitaría un contexto de menor inflación y economía más estabilizada. El nuevo muestreo de bienes y servicios –que fue anticipado por la agencia de noticias Bloomberg– podría considerar, por ejemplo, consumos de plataformas de streaming como Netflix o Spotify que podrían ser incluidas en la categoría Recreación y cultura y recalibraría el peso en la canasta de un bien como los cigarrillos, comentaron desde el Indec.
En el Indec explican que el cambio en la canasta de referencia forma parte del trabajo habitual de los organismos estadísticos y que así lo indican los manuales internacionales de medición. “Las canastas típicamente se actualizan cada 5 o 10 años; la que se usa actualmente tiene 15 años de antigüedad”, explicó una fuente del organismo en diálogo con Infobae. Por otra parte, una autoridad del Indec descartó que la implementación de la nueva canasta pueda realizarse este año. “Por la pandemia de por sí no se puede llevar adelante el cambio. Una vez definida la nueva canasta se necesita como mínimo 9 meses para ‘tomar’ los nuevos precios, y además es mejor hacerlo en una economía un poco más estable y no en un contexto de alta inflación”, comentó.
La nueva medición, cuando esté disponible, tendrá continuidad con los índices que publica actualmente el Indec. “Todo índice tiene que poder ser comparable en el tiempo. No hay nada raro en lo que estamos haciendo, es lógico que haya una actualización de la canasta”, concluyeron desde el organismo. La Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares que realizó el Indec entre 2017 y 2018 tuvo como algunas de sus conclusiones que a nivel nacional el 22% de los ingresos de las familias se utiliza para la compra de alimentos y bebidas, el 14,5% para vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, y el 6,5% para salud.
Ese estudio además reflejó que el 35% del gasto de alimentos y bebidas se realiza en comercios especializados (panaderías, carnicerías, verdulerías, etcétera), el 25,2% se realiza en supermercados y el 19,3%, en autoservicios. En la comparación con la canasta actual, los alimentos perderían peso en el muestreo mensual que analiza el Indec. Mientras que la nueva Encuesta de Hogares marca un 22% de gasto en alimentos y bebidas, la referencia actual de 2004 le da un peso de 33,4% en el gasto total familiar. El nuevo muestreo de bienes y servicios podría considerar, por ejemplo, consumos de plataformas de streaming como Netflix o Spotify que podrían ser incluidas en la categoría Recreación y cultura.
Otro rubro que será recalibrado en las mediciones de inflación será el de transporte y comunicaciones, que en la encuesta de 2004 que sigue vigente en el IPC y representa el 15,6% del total. En la canasta actualizada, los dos rubros serán considerados por separado: el transporte pesa 14,4% en el gasto de los hogares y comunicaciones (que incluye servicios de internet y telefonía), un 5,2%. Por otra parte, el gasto de un familia en Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles equivale al 14,5% del gasto total en la encuesta que pasará a tomar en cuenta el Indec, mientras que en la actualidad esa proporción es de 10,8%. Un cambio en el IPC podría influir en los datos utilizados en los bonos indexados a la inflación, como los CER. Este tipo de títulos públicos son muy utilizados por el Ministerio de Economía para conseguir financiamiento en pesos en el mercado de capitales local.