La Policía Bonaerense detuvo este mediodía en la localidad bonaerense de Paso del Rey a Maximiliano Pilepich, empresario de la zona Oeste del Conurbano y uno de los principales sospechosos del asesinato de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, el comerciante asesinado de dos tiros por la espalda y luego descuartizado y descartado en un arroyo de Ingeniero Budge.
Según el medio Infobae, Pilepich se refugiaba en la casa de una mujer dedicada al negocio inmobiliario y que la Ford EcoSport del prófugo fue clave para capturarlo. Agentes de la DDI de Lomas de Zamora y del Departamento de Homicidios que buscaban al empresario hallaron el vehículo en esa zona del Oeste del Conurbano y eso fue lo que llevó a su detención.
Nahuel Vargas, principal cómplice de Pilepich, continúa prófugo. Desde el lunes pasado, cuando el fiscal Marcelo Domínguez ordenó seis arrestos, el ex amigo de la víctima cuenta con un pedido de captura internacional.
Pilepich y Vargas están acusados del delito de homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego, con alevosía, por codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas.
El móvil del crimen de “Lechuga”, según sospecha el fiscal del caso, fue una deuda de 50 mil dólares y 17 terrenos que Pilepich debía entregarle a la víctima. Por eso, la tarde del 18 de julio pasado, Pérez Algaba fue hasta un predio de General Rodríguez a encontrarse con el empresario ahora detenido y con Vargas: creía que iba a cobrar lo que le debían.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, “Lechuga” reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida y que existía la posibilidad de que fuera baleado, según las pruebas a las que se refirió el fiscal Domínguez en la orden de detención que la Justicia de Garantías avaló el lunes pasado.
Domínguez aseveró que entre Pilepich y Pérez Algaba existía “una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones, peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos”.
Incluso, el funcionario judicial se refirió en el expediente a un episodio en donde el ahora detenido “le había efectuado disparos de arma de fuego” a la víctima, aunque sin herirlo, en el mismo campo de General Rodríguez donde fue visto por última vez con vida.
En total, en la causa por el homicidio de Pérez Algaba ahora son seis los detenidos. Además de Pilepich, también están tras las rejas la mujer trans Alma Nicole Chamorro; Alberto Contreras, Matías Gil, Gastón Carrizo y la gestora Flavia Lorena Bomrad, amiga de “Lechuga” y amante del empresario que cayó este miércoles.
Cómo se cometió el crimen según la Justicia
Para la Justicia, “entre las 18 del martes 18 de julio y las 3 AM del miércoles 19″, Pipelich, Vargas, Gil, Contreras, Chamorro, Córdoba, Bomrad y Carrizo, “actuando de manera premeditada entre sí, provocaron dos lesiones de arma de fuego en la parte posterior del torso de Fernando Pérez Algaba”.
Para el fiscal Domínguez, todos, “actuaron con alevosía y por codicia”. Y explicó los por qué: el homicidio les reportaba “un rédito económico ilegítimo”, ya que algunos de ellos “se vieron exceptuados del pago de una deuda con la víctima”.
Con respecto a la descripción parcial de lo sucedido, la Justicia completa: “Siguiendo con dicho plan, seccionaron y embalaron el cuerpo de la víctima y lo arrojaron en el Arroyo del Rey previo colocarlo en una valija de color rojo marca Brandy y en una mochila con inscripciones del Municipio de Lomas de Zamora”.
Domínguez asegura que el crimen fue planificado desde un comienzo. Y la clave está en la reunión en una escribanía de Hurlingham el lunes 17 de julio y un encuentro en un campo llamado “Renacer” en General Rodríguez al día siguiente, el martes 18 de julio.
Cuando se presentaron como testigos, los ahora principales sospechosos Pilepich y Vargas aseguraron que entre los dos, le debían a la víctima 150 mil dólares. Afirmaron que un porcentaje (90 mil dólares) lo habían saldado en la escribanía y que los 60 mil restantes se los entregaron en mano ese martes 18.
Ambos empresarios explicaron que, antes de comenzar a saldar la deuda, le habían prestado a Pérez Algaba una camioneta Land Rover Evoque año 2012 a modo de garantía durante algunos días. Dijeron también que, una vez que el monto quedó saldado en General Rodríguez, “Lechuga” les devolvió el vehículo y se quedó solo, a pie y con la plata en un lugar ciertamente inhóspito. Les habría dicho, según sus palabras, que alguien lo iba a pasar a buscar.
Para Domínguez, esto fue el principio de la planificación, aunque con matices, porque ambos, cree el fiscal, mintieron en varios detalles de ese relato.