El Ministerio de Salud de la Nación informó ayer por la tarde que, del 29 de mayo al 5 de junio, se registraron 84 muertes por coronavirus y 46.045 contagios. En comparación con la semana anterior, cuando se reportaron 51.778 infectados, la cantidad de casos descendió un 12%. Por el contrario, la cantidad de decesos subió un 31%.
Con estas cifras, el total de infectados desde el inicio de la pandemia ascendió a 9.276.618, mientras que los fallecimientos suman 128.973.
Durante los últimos siete días fallecieron 22 personas en Buenos Aires, 16 en la Ciudad de Buenos Aires, 5 en Chaco, 1 en Chubut, 4 en Corrientes, 9 en Córdoba, 3 en Entre Ríos, 1 en Formosa, 6 en La Pampa, 1 en La Rioja, 1 en Mendoza, 3 en Neuquén, 1 en Río Negro, 4 en San Juan, 1 en Santa Cruz, 2 en Santa Fe, 1 en Santiago del Estero, 1 en Tierra del Fuego y 2 en Tucumán.
Además, la cartera sanitaria indicó que, a la fecha, son 344 los internados con coronavirus en unidades de terapia intensiva (dos personas menos que la semana anterior), con un porcentaje de ocupación de camas, tanto en el sector público como en el privado y para todas las patologías, de 43.1% en el país.
La ola de nuevos casos de COVID-19 empezó en abril pasado en la Argentina. Y, al menos en Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano y La Pampa, el ritmo de evolución de los contagios de personas diagnosticadas con la infección por el coronavirus se está desacelerando en virtud de las otras olas.
En ese contexto, el pasado jueves 2 de junio, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, aseguró que “después de cinco semanas de crecimiento los casos comenzaron a estabilizarse y, seguramente, descenderán en las próximas semanas”, aunque aclaró que los actuales reportes de COVID-19 no reflejan con exactitud la situación epidemiológica porque muchas personas no se están testeando.
“Llevamos cinco semanas de aumento de casos, interpretar la ola es muy complejo porque una parte de la sociedad ha decidido ya no testearse, entonces los números no tienen el nivel de representatividad que tenían antes. No obstante, lo que sabemos es que en estos últimos días dejaron de aumentar y es probable que en las próximas semanas ya comience a descender”, afirmó Quirós en declaraciones a Futuröck.
Para otras provincias, como Salta, Mendoza, Neuquén, Santa Fe y La Rioja, el panorama es menos alentador. En La Rioja, los casos de coronavirus crecieron 169%. Pese al alto incremento de pacientes por COVID-19, la internación en los hospitales y clínicas riojanas no aumentó en las salas comunes.
Santa Fe, por ejemplo, ante la duplicación de contagios, analiza la posibilidad de reestablecer el uso obligatorio del barbijo durante 60 días en lugares con alta concentración de personas, como escuelas, medios de transporte y espacios de atención sanitaria y falta de adecuada ventilación.
La medida fue recomendada por el comité de expertos que coopera con el Gobierno en materia epidemiológica y el Gobernador, Omar Perotti, estuvo de acuerdo. “Vamos a trabajar en esta situación para prevenir contagios y como fue en el invierno pasado, el uso del tapabocas disminuyó enormemente las enfermedades infectocontagiosas”, dijo el funcionario.
El uso del tapabocas dejó de tener carácter obligatorio en Santa Fe desde el 20 de abril pasado, cuando el Gobierno opto por su empleo a modo de “recomendación”.
Según los distintos especialistas, la gran diferencia entre la ola actual y las anteriores está asociada a la alta cobertura de la vacunación contra el COVID-19 en la población argentina.
A la fecha, de acuerdo con el Monitor Público de Vacunación, el total de dosis aplicadas asciende a 103.507.733, de los cuales 40.802.733 corresponden a primera dosis, 37.503.794 a la segunda, 3.060.499 a la adicional y 22.139.991 a la de refuerzo, mientras que las vacunas distribuidas a las jurisdicciones llegan a 110.562.080 y las donadas, a 5.083.000.