Luego de que ayer los metrodelegados anunciaran un paro de 24 horas en la línea B del subte, la Asociación de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) ratificó la medida de fuerza pero modificó los ramales afectados y los horarios de la protesta. La protesta paralizará las líneas A, B y D entre las 5.30 y las 8.30; en tanto, entre las 20.30 y las 23.30 no funcionarán los ramales C, E y H.
⚠️MEDIDAS DE AUTODEFENSA POR ASBESTO EN EL SUBTE
— Prensa AGTSyP (@prensadelsubte) November 19, 2019
🔴PARO DE 5:30 A 8:30 EN LÍNEAS A, B Y D.
🔴PARO DE 21:00 AL CIERRE EN LÍNEAS C, E, H Y PREMETRO. pic.twitter.com/LnWIHclJgp
El paro era en reclamo por la presencia de asbesto en algunas de las formaciones de la línea B, pero tras un plenario realizado esta mañana, el sindicato informó que “hemos podido avanzar en coordinar con el resto de las líneas del subte una medida de fuerza de paralización general de las 6 líneas y el premetro exigiendo una solución inmediata a la crisis de salud pública provocada por el asbesto”.
Esta es la acción de amparo ambiental y acción de clase que presentó la AGTSyP contra el GCBA, SBASE, Metrovías y Metro de Madrid pic.twitter.com/JN5TusYtFr
— Prensa AGTSyP (@prensadelsubte) November 19, 2019
Martín Pittón entrevistó en Contrapunto a Enrique Rositto, Secretario de Prensa de los Metrodelegados. Escuchá la entrevista a continuación:
A fines de octubre, la ciudad de Buenos Aires, a través de la empresa que controla el subte Sbase, demandó al Metro de Madrid por la venta “ilícita” de los vagones con asbesto y pidió un resarcimiento de 15 millones de euros. La demanda asegura que la venta de los 36 vagones en 2011 que fueron destinados a la línea B fue “de una actuación incalificable, ilícita, irresponsable y de mala fe” por parte del Metro de Madrid. La venta ocurrió en 2011. Sbase compró los trenes de segunda mano del subte madrileño, los CAF 5000, que habían sido fabricados en los años 70, cuando el amianto o asbesto no estaba prohibido. En febrero de 2018 salió a la luz que los vagones vendidos tenían asbesto, un mineral cancerígeno que está prohibido en más de 50 países desde hace casi 20 años y en Argentina desde 2001.