El presidente ruso, Vladimir Putin, se refirió a la invasión en Ucrania por primera vez como una guerra, rompiendo la retórica usada hasta el momento para el Kremlin que denomina la ofensiva como una “operación especial”.
En su visita a Irán, el líder ruso expresó: “Nadie está a favor de la guerra. La pérdida de vidas de gente corriente es una gran tragedia. Sin embargo, el comportamiento de Occidente no nos ha dejado otra opción que reaccionar”.
Las declaraciones, publicadas por la agencia persa Tasnim, muestran el primer uso de la palabra en casi cinco meses desde que las tropas rusas comenzaron la agresión.
Putin también consideró que el conflicto tiene su origen, sobre todo, en las medidas que ha tomado Occidente en los últimos años, como el Euromaidán (las protestas en Ucrania que llevaron a derrocar al prorruso Víktor Yanukóvich en 2014) y la expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia.
“Algunos países europeos dijeron que se oponían a la entrada de Ucrania en la OTAN, pero (finalmente) accedieron a ella bajo la presión de Estados Unidos”, dijo Putin, añadiendo que esto indicaba la “falta de soberanía e independencia” de esos países.
Las imágenes de la reunión de Putin con el ayatollah Alí Khamenei mostraron al presidente ruso y al presidente iraní, Ebrahim Raisi, sentados juntos a pocos metros del líder supremo, en una sala blanca con una bandera iraní y un retrato del líder revolucionario islámico, el ayatollah Khomeini.
Khamenei pidió una cooperación a largo plazo entre Irán y Rusia y le dijo a Putin que los dos países debían mantenerse alertas contra el “engaño occidental”, informó la televisión estatal de Irán.
El líder supremo dijo que Putin se había asegurado de que Rusia “mantuviera su independencia” de Estados Unidos y expresó su apoyo a los países para que comiencen a usar sus propias monedas nacionales al comerciar con bienes.
“El dólar estadounidense debe retirarse gradualmente del comercio mundial y esto se puede hacer poco a poco”, dijo Khamenei.
A pesar del sufrimiento de los ucranianos por la guerra, dijo que Moscú tenía pocas alternativas en Ucrania. “Si no hubieras tomado la iniciativa, el otro lado (Occidente) habría provocado una guerra por iniciativa propia”, le dijo a Putin.
Para Irán, también irritado por las sanciones económicas occidentales y en desacuerdo con Estados Unidos por el programa nuclear de Teherán y una serie de otros temas, la visita de Putin es oportuna.
Sus líderes clericales están ansiosos por fortalecer las relaciones estratégicas con Rusia frente a un emergente bloque árabe-israelí del Golfo respaldado por Estados Unidos, que podría alterar aún más el equilibrio de poder en Oriente Medio.
“Nuestros dos países tienen buena experiencia en la lucha contra el terrorismo y esto ha brindado mucha seguridad a nuestra región”, dijo Raisi después de las conversaciones con Putin. “Espero que su visita a Irán mejore la cooperación entre nuestros dos países independientes”.