El del próximo domingo no será un superclásico más. Ocurre que será el primero desde la final eterna de Copa Libertadores que River le ganó a Boca en Madrid. Y además, el primer cara a cara entre Gustavo Alfaro y Marcelo Gallardo. Pero por sobre todas las cosas, será el regreso del plantel xeneize a un estadio al que la última vez arribó con el micro roto y varios jugadores heridos, por un ataque a piedrazos y botellazos en la esquina de Avenida del Libertador y Lidoro Quinteros.
En diálogo con el diario Olé, Darío Rubén Ebertz, chofer del equipo xeneize desde hace más de una década, reconoció que será una jornada especial, pero que el club tomó los recaudos suficientes para evitar una situación similar. De hecho, el micro que traslada al plantel se blindó durante el receso invernal.
#EnPrimeraPersona 👤
— Diario Olé (@DiarioOle) August 27, 2019
🚐 Gringo Ebertz es el chofer de Boca desde hace más de 10 años
💬 Recuerda los incidentes de la final, las pesadillas que tuvo, la declaración en el TAS, los recaudos y la prueba que le hicieron al nuevo bus
✍️ @nicomigliavacca
➡️ https://t.co/pkBc36506V pic.twitter.com/hnXyU9FTDM
"Llevaron un auto al predio de Boca en Ezeiza con los mismos vidrios blindados que se le pusieron al micro y hasta los mismos jugadores le pegaron con una maza y no se rompen... O sea, se rompe el vidrio de la parte de afuera, se astilla, pero para adentro no pasa nada", contó el Gringo.