La propuesta estaba en sus manos desde hace tiempo. Y en definitiva, sólo faltaba que llegara el momento, que Edinson Cavani diera el sí, que levantara el pulgar, que hiciera efectiva las buenas señales que venía mostrando. Y sucedió: el Matador aceptó la oferta de Boca para seguir hasta diciembre del año que viene y será la cara del Xeneize en el Mundial de Clubes 2025.
El sí de Cavani llega, acaso, en el momento futbolístico más difícil de su estadía en el club. Y hasta de la gestión Riquelme. Lo cual, también muestra el convencimiento del Matador para seguir siendo parte de la familia xeneize. Porque si hubiera tenido dudas, habría esperado por ejemplo para saber si el equipo se clasificaba a la Copa Libertadores del año que viene, uno de sus grandes objetivos. Pero no...
El Matador se anticipó a todo y, conforme con lo que está viviendo en Boca y con la estadía de su familia en el país, aceptó el desafío. Está claro que ser la cara del club en el Mundial de Clubes es algo que seguramente pesó en esta historia, pero lo del uruguayo también pasa por lo emocional y lo personal. Si no hubiese estado cómodo ni a gusto, nada habría sido posible.
Uno de las últimas señales que dio Cavani fue después de la derrota en el superclásico. Y justo cuando River se había metido en las semifinales de la Libertadores. Minutos después, el Matador puso en una historia de IG un mensaje que mostró su compromiso y su vínculo con el club y con sus hinchas, independientemente de las circunstancias.
"Vamo, Boca, vamooo", escribió el uruguayo entonces. Más bostero que ese lema. Por la forma en la que está escrito y, claro, por lo que significa, porque responde también a un clásico hit xeneize. Ahí, Cavani habló como capitán, como líder del plantel y también como referente espiritual. Y dejó en claro que estaba mimetizado con la causa.
Los que lo conocen dicen que el Matador está arrepentido. ¿Cómo? ¿De qué? De no haber venido antes a Boca. Porque todo lo que vivió con la pasión del hincha, el cariño en cada lugar del Interior y la energía que le transmitió la Bombonera, fue lo que siempre se ideó. Y por eso, le hubiera gustado vivirlo antes, con más tiempo por delante.
Por todo, su decisión excede también lo contractual, lo económico y en algún punto el presente deportivo. Y hasta le genera una gran alegría a los hinchas en un momento de gran preocupación, por la indefinición sobre quién será el nuevo DT del equipo. Una inquietud que, al menos por un rato, el Matador logró correr de escena.
Boca, su último club
De este modo, Cavani confirmó lo que ya había comentado en su entorno: que Boca iba a ser el último club de su extensa carrera. Claro, la duda era cuál iba a ser el punto final, pero está claro que se siente con ganas y con resto físico como para seguir por un tiempo más aportando en el máximo nivel. Su profesionalismo también ayudó a la causa. Y su fuego sagrado de ir por más le dan batalla a algunas lesiones o molestias físicas que le fueron sacando continuidad, sobre todo en este tiempo.
Es decir, esto también habla de su convencimiento, porque el sí a Boca no lo encuentra en su mejor momento futbolístico personal (más allá de ser el goleador del Xeneize en el año) ni en el del equipo. Pero lo mantiene con el firme sueño de dejar una huella en el club, como también vino declarando en este tiempo...
“Lo que más quiero es ganar. Voy a hacer todo lo posible porque quiero ganar con esta camiseta. Quiero dejar un lindo recuerdo y llevarme también un lindo recuerdo de mi paso por acá. Voy a dar lo máximo por este club”. Para conseguirlo, se dio más tiempo con la azul y oro. Al menos, hasta diciembre del 2025. Lo festeja todo Boca.