River ganó el Trofeo de Campeones el viernes. Enzo Pérez, el gran ídolo de al menos la última década para el club, anunció que ése, contra Central, fue su último partido y dejó al descubierto, aún por omisión, la interna con Martín Demichelis. También fue el adiós para una leyenda de los años más felices como Jonatan Maidana. El MVP del equipo, Nicolás de la Cruz, fue vendido al Flamengo después de seis años y medio en Núñez. Pero desde ese viernes por la noche, casi entrando al sábado, de lo único que se habla en el mundo River es de Claudio Echeverri, que en Santiago del Estero debutó como titular en el fútbol profesional.
El “no voy a renovar” del chaqueño fue una bomba con epicentro en el campo de juego del Madre de Ciudades que tuvo una onda expansiva de alcance mundial y que abrió un nuevo escenario para el futuro de la joya de las Inferiores. Desde que el pibe de 17 años blanqueó su decisión de no extender un contrato que expira en diciembre de 2024 no sólo se abrió un debate en redes sobre su actitud sino que el Manchester City aceleró las charlas para estructurar una oferta de compra que viene preparando en silencio desde hace más de un mes y que hace un link muy cercano en el tiempo a la transferencia de Julián Álvarez al equipo que dirige Pep Guardiola: la idea del último campeón de Europa y del Mundial de Clubes es fichar ahora al Diablito en una cifra cercana a la actual cláusula de blindaje tasada en € 25.000.000 netos (el CARP tiene el 85% de su ficha: el 15% restante le corresponde a Deportivo Luján de Resistencia) y dejarlo en Núñez entre 12 y 18 meses en calidad de cedido.
Y es que el City entiende que hoy Echeverri todavía no está ni física ni futbolísticamente listo para sumarse al día a día competitivo de la Premier League: si se lo llevara ahora, sería para prestarlo a uno de los clubes de su cartera como el Girona de España, y en Inglaterra prefieren asociarse a River para confiarle esta etapa madurativa tomando en cuenta el caso de éxito que representó un Julián que se fue ya siendo figura y con sus primeras experiencias en la Selección Mayor.
Con una buena relación preexistente con la CD y el mismo grupo empresario que intermedió en la transferencia de Álvarez al City, las partes entraron a una última fase de negociación que derivará en una oferta formal con acuerdo a la vista: además del número final y de la modalidad y los términos de un pago en cuotas, en estas horas terminarán de definirse los plazos de la cesión del jugador y las cláusulas a activar durante ese préstamo si eventualmente los ingleses quisieran tenerlo antes de lo proyectado. River busca asegurarse de poder usarlo hasta el Súper Mundial de Clubes de 2025 en caso de clasificarse, algo más que probable por cómo quedó acomodado en el ranking FIFA, y así contar con el mediapunta hasta mediados de ese año (el nuevo torneo que se anunció este mes se disputaría entre junio y julio del ‘25 en Estados Unidos). Entre este martes y este miércoles habrá novedades en una negociación a la que le restan detalles para la firma de papeles.
Lo cierto es que aún con decenas de clubes-potencia interesados desde hace rato en un jugador que por los scouters internacionales está llamado a ser uno de los mejores si no el mejor de toda su generación, el MC es de los pocos o el único que en este momento puede darse el lujo de invertir tantos millones en un chico al que no usará por un tiempo. Por caso, el Barcelona que aceptó públicamente su seguimiento al Diablito en palabras del propio Xavi Hernández hoy no cuenta con la estructura económica para sostener un negocio diferido como el que supone comprar ya mismo a Echeverri.
River campeón, se despiden ídolos como Enzo y Maidana, y Echeverri dice que no va a renovar en el club. Qué mal asesorado que está este pibe. O tiene algo de afuera, o está presionando a la dirigencia para que se ponga en serio. No hay paz. pic.twitter.com/grNqoMtp4a
— Agustín Castro (@agustincaastro) December 23, 2023
Por lo demás, la transferencia de CE19 a Manchester abrirá también escenarios hasta acá desconocidos. Por un lado, el pibe que pasó la Navidad con su familia en Chaco tendría el desafío doble de quedarse por un año o más y de recomponer en ese lapso su imagen para con parte de los hinchas que recibieron con decepción sus declaraciones tras el 2-0 a Central. Rápidamente arrepentido por sus dichos (lo vieron llorar frente a Brito y este lunes se viralizó una imagen en la que se lo ve cabizbajo en el vestuario recibiendo los consejos y el consuelo del capitán Enzo Pérez), Echeverri comprendió que hacer pública su decisión de no renovar pudo ser leído como un gesto de ingratitud. Y más que eso: dio luz verde a que una porción del colectivo riverplatense interpretara que la joyita tenía intenciones de irse libre sin dejarle dinero a River, algo que -juran todas las partes- jamás pasó por su cabeza y que tampoco se contempló en las charlas de su representante, Enzo Monteopane, con Jorge Brito.
Cuando Echeverri dijo con inocencia que no renovará y que jugará un tiempo más con la Banda se refería específicamente a lo que trascendió horas más tarde, que no es otra cosa que una venta que venía cocinándose a fuego lento y que dejaría al juvenil en Núñez en principio por 6 ó 12 meses: hoy River puja para estirar el lapso a 18. Aún así, el dolor para el hincha tiene un marco razonable: en la era de las redes sociales, la gente siguió muy de cerca la carrera formativa de Echeverri desde que era un niño y hace siete años que espera con ilusión el momento de verlo en acción en Primera. Una venta forzada horas después de su primer partido oficial como titular no era, evidentemente, lo que el público proyectaba, incluso en este contexto económico del país.
LA VENTA DE ECHEVERRI AL CITY: ¿NEGOCIO PARA RIVER?
Ahora bien, despejado el escenario catástrofe (o sea: que quedara libre en un año) que nunca entró realmente en el horizonte, la venta súbita al cabo de un solo partido como titular de quien está proyectado desde hace mucho como el mejor producto de la cantera riverplatense en décadas da pie a distintas interpretaciones. Acaso para la coyuntura más rasante, con la decisión del Diablito de no extender el vínculo, pueda leerse como un daño menor y hasta como un buen acuerdo una transferencia que le deje dinero al CARP y que le garantice poder usarlo un tiempo prudente. Pero en una mirada macro dentro del club aceptan por lo bajo que hubo una cadena de errores que derivaron en la situación actual.
River, que le dio un trato preferencial a Echeverri durante su paso por las Inferiores (contención a la familia, techo en Buenos Aires por fuera de la pensión, educación y hasta la cobertura de estudios genéticos costosos en el exterior para prevenir futuras lesiones), hoy no está bien parado ni con demasiado margen en la relación de poder para decidir por uno de sus principales activos, casi con la seguridad de que en poco tiempo su ficha cotizará fortunas muy lejanas a los números de los que se hablan ahora: lo que este fin de año tal vez se advierta como un trato justo, saben en las oficinas del Monumental, puede envejecer mal.
No son pocos los que asumen que el problema inicial fue haberle hecho contrato solo por dos años a principios del 2023. Pero ésa no es la única explicación. Casi de inmediato a la primera firma, River quiso extender y actualizar el vínculo duplicando el valor de blindaje a 50 millones de euros, pero las charlas con el agente del chaqueño se dilataron hasta llegar a un punto que aceleró este final y que hoy en Núñez aceptan como una mala jugada: dejarlo ir sin renovar a jugar el torneo que capta la mayor atención de los principales equipos de scouting de Europa fue casi una sentencia de adiós. A cada gol y asistencia de Echeverri en el Mundial Sub 17 de Indonesia, River se alejaba más y más de blindarlo.
Claro que la decisión de mandarlo a la selección que dirige Diego Placente se vio también forzada por lo que pasó durante el año en el fútbol profesional. Con un Martín Demichelis que pasó casi todo el segundo semestre intentando recomponer su frente interno tras las filtraciones que llevaron al desplante público de Enzo Pérez en Santiago del Estero y con una superpoblación de jugadores de nombre a los que, encima, se le sumaron refuerzos pesados en el mismo puesto del Diablito, el pibe casi no tuvo minutos en Primera. Y el Mundial de su categoría servía como parche para hacerlo jugar (así, también, bajó a Reserva en los superclásicos) y no cargar por algunas semanas con el peso de ni siquiera convocarlo a una buena cantidad de partidos de la temporada. Los posteos de uno de sus hermanos en Facebook (“tiene que sumar minutos, no comerse cuatro meses en el banco”) tras la consagración en el TdC reflejan la sensación del propio jugador, que tímidamente dijo que le habría gustado tener más participación.
Ese derrotero llevó a la situación actual: River está a punto de vender a su joya más preciada en condiciones que, según cómo se las mire, pueden derivar en distintas lecturas. El tiempo, en todo caso, las irá acomodando.
Con información de Diario Olé.