La exposición de Patricia Bullrich en el foro organizado por la fundación Internacional para la Libertad continúa generando repercusiones por el contenido de sus afirmaciones. En un pasaje del intercambio con Álvaro Vargas Llosa, uno de los moderadores, la titular del PRO -en uso de licencia- afirmó que “en 13 de las 23 provincias argentinas no se puede votar en libertad” debido a que “a los empleados públicos les controlan el voto”.
“Imaginate que en 13 provincias domina el Estado a través del látigo, a los empleados públicos no los dejan ir a votar en libertad, les controlan su voto, los tienen bajo un sometimiento total, entonces tenés a una parte de la población sometida con planes sociales y a otra parte de la población desesperada porque ha perdido su condición de país de clase media, de país culto, de país faro de la cultura no sólo latinoamericana si no iberoamericana”, consideró la dirigente.
Bullrich hacía referencia a la batalla cultural que, asegura, se juega en estas elecciones, en las que se define “no sólo una elección para Argentina, sino para la democracia y la libertad de América Latina”.
La ex ministra de Seguridad competirá en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto y en esa condición fue invitada a participar del foro XVI Atlántico denominado “Iberoamérica: Democracia y Libertad”. En ese contexto, apuntó contra el peronismo, señalándolo como una fuerza política que sostiene un modelo de país “que impone una manera de gobernar” a los otros partidos cuando está fuera del poder a base de presión.
“Cuál ha sido el punto en común de la caída de esos gobiernos (no peronistas), no el de Mauricio Macri que terminó por primera vez desde el gobierno de Alvear en 1928, sino todos los gobiernos que no terminaron. Hay un punto en común y es que en un momento ese gobierno se siente asediado frente a los cambios que tiene que hacer, y los factores de poder, sean sindicales, empresarios, ahora sociales con los grupos piqueteros que se han organizado, hay una sistematicidad que frente a esa presión, se cede”, argumentó Bullrich.
Y agregó: “En la Argentina de 23 provincias hay 13 provincias que tienen más empleo público que empleo privado. Esas provincias funcionan como cajas registradoras, cobran la coparticipación federal que les manda el gobierno nacional, de impuestos, pagan salarios, hacen un puente, dos puentes, una escuela, y esa es la provincia”.
En contrapartida, sostuvo, existen distritos que producen riquezas económicas, que son destinadas a sostener un Estado “que ocupa más del 43% del PBI”.
“Todo el dinero de la producción de la Argentina, todo el ahorro argentino que podríamos haber hecho con esos puntos del PBI, que no redundó en mejores prestaciones del Estado, si no todo lo contrario, porque la educación y la salud están devastadas, todo eso acumuló un modelo, el modelo de sometimiento, donde el Estado le da recursos a los sectores más pobres y empobrece a los que producen. El Estado le da recursos a empresas o sindicatos para generar ese modelo de sometimiento”, señaló Bullrich en alusión a los gobiernos peronistas.
En ese tramo, apuntó contra “esa tensión entre el cambio y la continuidad por miedo, el miedo que impone el peronismo Estado, porque es exactamente lo mismo”.
Frente a ese escenario, Bullrich advirtió que en estas elecciones podría haber un cambio de época. “El principal aprendizaje es que se ha repetido una forma, de manera sistemática, el mismo problema, y es la falta de nitidez del proyecto. Hay que salir del placard y decir con claridad que nosotros somos capitalistas, queremos un capitalismo de reglas, porque siempre el peronismo nos ha condicionado el discurso”.
Las declaraciones de la precandidata en la interna de Juntos por el Cambio habían generado polémica el fin de semana por sus consideraciones en relación a la concurrencia de alumnos de las universidades públicas. Según la ex funcionaria, “esas universidades hoy están vacías de alumnos. Tenemos casi la mitad de la matrícula de alumnos extranjeros que toman las posibilidades que la Argentina da. Los argentinos quedan en un cementerio en el colegio secundario”.
Esos datos, sin embargo, fueron desmentidos a posteriori por el Ministerio de Educación de la Nación y la dirigente admitió su error.