Cambios en secundarias de CABA
Se eliminarán las previas y las aulas se adaptarán a un nuevo modelo de enseñanza. Los detalles.
Con el objetivo de motivar a los estudiantes, el Gobierno porteño pone en marcha en algunas secundarias de la Ciudad una prueba piloto de un nuevo sistema de aprendizaje que cambia la manera de abordar los contenidos y su puesta en el aula.
Bajo el nombre “Secundaria Aprende”, este modelo se llevará adelante a partir del ciclo lectivo 2025 en alrededor de 30 instituciones públicas y privadas, que se ofrecieron voluntariamente a participar del proyecto. Las modificaciones incluyen la eliminación de las previas, la adaptación de los salones e impulsará una enseñanza más personalizada.
“Es una transformación de la secundaria. En el mundo la secundaria está en crisis y en Argentina eso se potencia con un sistema que ya no andaba bien, cuya educación quedó en el siglo pasado. Nuestro objetivo es que a los chicos les resulte interesante lo que sucede en el aula y que aprendan”, expresó el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, a TN, y detalló que tomaron en cuenta las experiencias de Singapur, Finlandia y San Pablo.
Asimismo, la ministra de Educación de la Ciudad, Mercedes Miguel, advirtió: “Hay algo que no está funcionando. La escuela no motiva, los alumnos estudian de memoria para promover. Hasta ahora, se creía que todos aprenden igual al mismo tiempo, como si fuese un talle único del aprendizaje, pero no es así, cada uno tiene su tiempo”.
“Realmente estamos contentos de que muchas instituciones se sumen a querer romper esquemas obsoletos. La relación con el saber es muy corta. Notamos que los estudiantes de colegios técnicos o artísticos llevan a la práctica los conocimientos, pueden implementar sus saberes afuera del aula. En cambio, los bachilleratos se quedaron muy en la enciclopedia y queremos cambiar eso”, señaló.
En ese sentido, la titular de la cartera educativa porteña aclaró que no habrá cambios en los contenidos, sino que los docentes ahora deberán adecuar la manera de enseñar y planificar las clases con distintos grados de dificultad.
Una de las novedades es que no habrá más previas y aquellos alumnos que desaprueben materias pasarán de curso, pero tendrán un “refuerzo del saber no adquirido” y hasta que no apruebe ese nivel, no podrán avanzar. Esto significa que si un chico no aprobó matemática de tercer año, no puede cursar matemática de cuarto.
“Se pasa a un aprendizaje por niveles. Aunque la secundaria seguirá organizada por años como ahora”, indicaron. También se puede dar que haya mezcla de edades en los talleres optativos “pero las escuelas pueden organizar los grupos y espacios de manera tal que se eviten agrupaciones con edades y etapas de maduración dispares”.
Otro de los puntos llamativos del plan está vinculado con darle la oportunidad al estudiante de elegir sus intereses: “Habrá algunas materias en las que el docente va a dar el contenido prioritario de la asignatura, es decir, lo que necesitás saber para el siguiente año, y luego el alumno podrá elegir si profundizar su conocimiento en otros talleres”.
Si bien se mantendrá la nota numérica para acreditar los saberes de la materia, se sumará una nota conceptual que reflejará el desempeño. Habrá exámenes, trabajos prácticos y deberán demostrar que comprenden lo que aprenden.
Por otro lado, se planteó que los profesores estén a cargo de los mismos alumnos durante gran parte de su trayectoria escolar para conocer sus avances y acompañar su recorrido. “La reorganización de la Planta Orgánica Funcional (POF) en cada escuela está pensada para eliminar la figura del ‘docente taxi’ y que cada uno de ellos concentre sus horas en una sola institución”, destacaron.
Además, buscan implementar una visión más didáctica y participativa de la clase, y no tan expositiva. En esa línea, la idea es que se presenten casos de investigación o proyectos interdisciplinarios para trabajar en conjunto desde distintas materias. Por eso, las escuelas participantes están modificando el mobiliario, tiran abajo paredes y compran mesas más grandes para dejar atrás el pupitre individual y lograr que las aulas sean más espaciosas.
Mientras se cerraban los últimos puntos del proyecto, los rumores de los grandes cambios empezaron a correr y generaron preocupación en los gremios docentes. Entre ellos, ADEMYS, que reclamó frente a los despachos porteños en rechazo del nuevo sistema.
“Venimos dando un debate acerca de qué educación queremos para los estudiantes y es un debate importante para los tiempos que corren, sobre la base de diferentes diagnósticos de cuál es el estado de la educación. Proponen reformas educativas como recetas mágicas, pero siempre con un sentido de flecha: al servicio del mercado y no al desarrollo cultural integral de las y los jóvenes. La reforma que impulsa GCBA utiliza conceptos ambiguos que le permite culpabilizar a las y los docentes de por qué los estudiantes no aprenden”, plantearon en diálogo con este medio y cuestionaron, entre otras cosas, los talleres optativos.
Ante esta situación, Miguel intentó llevar tranquilidad y dijo que se realizarán simulacros en diciembre y febrero para que los educadores puedan planificar y “poner en práctica algo que da miedo”. “Queremos bajarle el temor a esto”, cerró Macri.