Al menos hasta este lunes por la tarde continuará la toma del colegio Mariano Acosta mientras los estudiantes evalúan nuevas protestas que se podrían extender a otros establecimientos educativos de la Ciudad de Buenos Aires.
La medida de fuerza de los estudiantes comenzó el viernes, se extendió durante el fin de semana, y -según lo anunciado -“durará hasta el lunes a las 17″-. Hoy por la tarde “encararemos una asamblea para discutir qué otras medidas vamos a toma”, manifestó a Agencia Télam Kianara Ledo, alumna del centro de estudiantes de la Escuela Normal Superior (E.N.S. 2) Mariano Acosta.
La joven explicó que desde hace tres semanas se encuentran coordinando y llevando a cabo diferentes medidas para visibilizar diversos reclamos: ”Primero nos movilizamos, después elevamos una carta a la ministra (de Educación porteña) Soledad Acuña explicándole todos los reclamos de la comunidad educativa: falencias edilicias, falta de viandas, reformas inconsultas que tomaron, secundaria del futuro y como nos marginan de las decisiones que se toman en nuestros colegios”.
Luego de que los estudiantes confirmaran el pasado viernes la decisión de tomar el colegio, Soledad Acuña se expresó a través de sus redes sociales: “El populismo lo único que busca es hacer daño. Baja línea dentro de las aulas, impone su ideología e incentiva conductas violentas como la toma de escuelas. Los alumnos no tienen que ser rehenes dentro del juego político. Debemos garantizarles el derecho a educarse”.
La ministra remarcó que la medida compromete a “un grupo de estudiantes de la escuela Mariano Acosta, que decidió tomar la escuela por intereses claramente partidarios”.
En tanto, el vicerrector de la institución en cuestión, Julio Pascuarelli, respaldó el reclamo estudiantil pero advirtió que “hay que encontrar otras formas de protesta”. ”Tenemos severas situaciones de riesgo por la falta de arreglos, docentes y estudiantes lastimados porque no hay mantenimiento en la escuela, nos reunimos a principio de año con la empresa a cargo pero tardan demasiado, las calderas no funcionaban y empezaron a hacerlo en julio, casi agosto, no hay mantenimiento de electricidad y no tenemos informe de cimientos”, protestó.
Frente a las declaraciones de Acuña, Pascuarelli indicó que el centro de estudiantes “no está influenciado por el kirchnerismo; se nos caen las puertas, los vidrios y los chicos reciben vianda que no son suficientes para jornadas extendidas de tres días de 8 a 19 horas”.
Hoy se llevarán a cabo asambleas en varias escuelas y allí se votaría por adherir o no a la toma de colegios que inició el Mariano Acosta.
Frente a esta situación el Ministerio de Educación porteño envió una carta a todas las familias en la que les recuerdan que están vigentes las “Pautas para la convivencia escolar” que se aprobaron en 2018. “Una toma impide el normal dictado de clases, la realización de las actividades previstas y el ejercicio del derecho a la educación. El rol de las familias es imprescindible para continuar garantizando el derecho a la educación. Su compromiso y participación son fundamentales”, expresa el comunicado.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires diseñó un “protocolo anti toma de colegios” que transfiere la responsabilidad de las tomas a las familias de los alumnos. En caso de que los alumnos ocupen una la escuela, los directores deben citar a los padres para que retiren a sus hijos de las instituciones. Si la familia está de acuerdo con la medida, debe hacerse cargo de los gastos que se desprendan por daños en los establecimientos.
Ante el llamado de las autoridades por una ocupación, los padres deben pasarlos a buscar o bien autorizar la toma con las posibles multas que ello conlleva. La decisión consta en un acta que cuando se presente un caso de vandalismo llega a la Procuración General -previo paso por el ministerio- que dispone multas económicas de acuerdo a los daños.
Cuando hay una toma, quedan sin vigencia las autorizaciones que se emiten a principio de año para que los chicos se puedan retirar por su cuenta de la institución.