Hoy, el Ministerio de Salud de la Nación informó que los nuevos casos de coronavirus registrados en las últimas 24 horas fueron 25.110. Si bien esta cifra puede parecer alta, significa un retroceso del 82% en los casos positivos respecto del récord de contagios diarios que marcó Argentina el 14 de enero pasado, cuando se registraron 139.853 nuevas infecciones. Con los números de hoy, el país sumaba 8.700.437 casos totales confirmados y 249.436 activos.
Claramente se observa el retroceso notorio que tiene la variante Ómicron, más allá de cómo se computan los casos positivos en Argentina o en cualquier país. Las curvas de retroceso del virus son similares a nivel mundial, con un rápido crecimiento, como una explosión de casos, y a las pocas semanas una abrupta baja de infecciones.
Igualmente, se observa que el crecimiento de contagios por Ómicron no se vio reflejado de la misma manera en la cantidad de internados o fallecidos. Según los científicos que estudian el efecto de cada variante, Ómicron, pese a ser más contagiosa, produce una enfermedad más leve que su predecesora Delta.
Por ello, a diferencia de lo ocurrido en 2021, cuando el país sufrió la segunda ola en mayo por la variante Gamma y luego con Delta, no ha habido nuevos confinamientos o restricciones por parte de las autoridades. En este sentido, también hay que destacar el gran avance de la vacunación en el país, con 78% de su población con dos dosis de vacuna contra el coronavirus y un 10% extra que recibió solo una dosis.
Según datos del Ministerio de Salud recopilados por el contador y analista de datos Martín Barrionuevo, el descenso en la cantidad de casos respecto al pico registrado en enero fue del 82% con los datos de hoy. También se encuentran en baja los pacientes en unidades de terapia intensiva (hoy hay 2.321 personas internadas en una UTI) y los fallecidos son 264 en las últimas 24 horas.
“La expectativa es que el descenso de positivos se produzca rápidamente y los números están yendo en esa dirección, tanto el número absoluto de casos como el porcentaje de positividad. Esta ola representó un cambio de paradigma de la pandemia con la variante Ómicron a la cabeza, presentándose con un aumento explosivo en el número de casos pero con formas clínicas mayormente leves a moderadas”, explicó la infectóloga Leda Guzzi, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
A futuro, y en base a la experiencia previa, Guzzi señaló que “nada asegura que la evolución de la pandemia siga esta misma ruta sin la emergencia de nuevas variantes más virulentas”. “Sin embargo, la situación actual nos permite avizorar un futuro inmediato más tranquilo, con pleno desarrollo de actividades aunque sin descuidar los protocolos y cuidados”, agregó la experta.
“La baja de los diagnósticos refleja que efectivamente los contagios bajaron. Más allá de los cambios en los testeos, existen otras variables que ratifican esta tendencia. Por un lado, cayó la positividad a menos del 50% cuando antes era mucho más alta. Es decir, sobre la cantidad total de personas testeadas hay menos que están infectadas”, explicó Ricardo Teijeiro, infectólogo de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
“Es evidente que este descenso de casos por Ómicron es tan brusco como fue la subida. Si los testeos de provincia generan alguna desconfianza se pueden mirar los números de la ciudad de Buenos Aires, que continuó con el mismo criterio de testeos. Allí también bajaron los casos de manera pronunciada. La disminución es real”, insistió Teijeiro.
Respecto a cuándo descenderán más los casos, Guzzi afirmó que es difícil establecer tiempos precisos porque esto sería hacer futurología; no obstante estima que “podremos tener un comienzo del ciclo escolar más tranquilo y ahí habrá que ver cómo se comporta la curva epidémica luego del inicio de clases”.
Y aclaró que el inicio del ciclo lectivo “es un desafío, no tanto por lo que sucede dentro del fuero escolar ya que en mayor o menor medida se cumplen los protocolos (utilización del barbijo distanciamiento, ventilación), sino por las actividades sociales que se llevan a cabo alrededor de la escolaridad y en general con un menor cumplimiento de los protocolos, pueden facilitar la transmisión”.
En este contexto, Guzzi enfatizó que “hay que destacar la importancia de que niños y adolescentes se vacunen antes del inicio del ciclo escolar para poder asegurar una mayor continuidad pedagógica presencial”.
El médico infectólogo Luis Cámera explicó a Infobae que el modo pandémico se está agotando y que se evidencia actualmente una baja notoria de casos respecto a enero “por la cantidad de gente vacunada y por las características propias de la variante Ómicron y su subvariante BA2″. “De cara a la escolaridad, yo sería cuidadoso en el uso de barbijo por parte de los chicos durante al menos 2 a 4 semanas.
Hasta saber cómo se comporta el virus, para que no haya rebrotes del mismo”, advirtió.
Argentina atravesó tres olas desde el inicio de la pandemia por coronavirus. La primera tuvo un crecimiento bastante lento, motivado principalmente por la larga cuarentena, y alcanzó su pico recién el 16 de octubre de 2020, cuando se diagnosticaron 18.462 casos en una sola jornada.
La segunda ola alcanzó los 41.342 casos diagnosticados el 26 de mayo de 2021. Y la tercera, que inició a mediados de diciembre pasado, alcanzó su punto máximo el 14 de enero último, cuando se diagnosticaron 139.853 casos en un solo día, según el parte del Ministerio de Salud de la Nación.