Hasta la semana pasada, la presencialidad alcanzaba a casi el 80% de las escuelas del país. Pese a ello, incluso en las provincias que promueven las clases presenciales hace meses, se registra un alto porcentaje de chicos que no asiste al colegio. 1 de cada 5 alumnos se ausenta en las aulas pese a que su escuela está abierta.
Los datos surgen del último reporte oficial de Cuidar Escuelas, la plataforma que lanzó el Gobierno a principios de año para medir los niveles de contagios y asistencia en los colegios. El informe reúne información del 56% de los establecimientos a los que asisten casi 8 millones y medio de estudiantes. De todos ellos, 1,6 millones no va a la escuela.
Ante la consulta de Infobae, en el Ministerio de Educación nacional asocian la inasistencia a cuatro factores: a) que son chicos que pertenecen a grupos de riesgo; b) que conviven con personas que pertenecen a grupos de riesgo; c) decisión familiar; d) otros motivos. Aunque aclaran que la plataforma no registra el motivo de la ausencia.
Lo que sorprende es que la proporción -1 cada 5 chicos que no asiste a la escuela pese a que la presencialidad esté habilitada- se mantuvo estable desde el inicio del ciclo lectivo. Excluyendo a los estudiantes con comorbilidades, los datos muestran que entre marzo y junio no disminuyó el temor al contagio entre las familias que todavía hoy prefieren que sus hijos sigan estudiando desde el hogar.
La evidencia internacional contradice ese temor. En los últimos meses se multiplicaron los papers que muestran que los niños y adolescentes no son grandes vectores de contagios y que la escuela es un lugar seguro. En el país, los datos de Cuidar Escuelas también lo revalidan: entre los estudiantes que asistieron solo se dio positivo el 1,3% (63.777 alumnos en total).
Entre los adultos, en el personal docente y no docente, la incidencia es mayor. En el primer semestre se contagió el 5,5% del personal (42.858 docentes y 6.750 no docentes). Aunque, de acuerdo a las últimas cifras con fecha al 7 de julio, el 88% de los educadores ya recibió al menos una dosis y el 37% completó el esquema de vacunación, por lo que de cara al segundo semestre los contagios intraescolares deberían ser incluso menores.
Tras un año de cierre prácticamente total de las escuelas, la actividad educativa se retomó con vaivenes. Hasta la semana pasada, antes de que en 16 provincias del país comenzaran las vacaciones de invierno, el 80% de las escuelas daban clases presenciales. Sin embargo, lo que signó la primera mitad del año fue la intermitencia. En la semana corta del 26 al 28 de mayo, la del confinamiento estricto, tan solo el 11% de los establecimientos estaban abiertos.
Catamarca, Formosa, La Rioja y Santiago del Estero fueron las únicas cuatro distritos que terminaron el semestre sin presencialidad en todo su territorio. Del mismo modo, otras seis provincias -Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, San Juan, Santa Cruz y Santa Fe- mantienen las escuelas cerradas en algunas localidades. En el resto del país, hay clases presenciales con asistencia alternada o diaria.
Vacunas para alumnos
Ayer el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, se refirió a la vacunación de niños y adolescentes. El funcionario precisó que el objetivo de inmunizar a los estudiantes es “la principal expectativa del sistema educativo para recuperar la presencialidad absoluta el año próximo”, aunque aclaró que no se trata de una condición indispensable.
Las agencias internacionales coinciden en que la inmunización de los niños no debería ser un requisito para avanzar en la presencialidad escolar. Unicef, por ejemplo, publicó una declaración el 9 de julio titulada “La reapertura de las escuelas no puede esperar” en la que alertan:
“Es posible que las pérdidas que sufrirán los niños y jóvenes por no estar en la escuela nunca se recuperen. Existe una clara evidencia de que las escuelas primarias y secundarias no se encuentran entre los principales impulsores de la transmisión. La reapertura de las escuelas no puede esperar a que todos los maestros y estudiantes estén vacunados”.
A su vez, hace solo unos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los países proveedores de vacunas que no las administren a chicos, sino que prioricen el fondo Covax para garantizar un reparto equitativo de las dosis a aplicar en adultos.
Hasta el momento, solo la vacuna de Pfizer/BioNTech, con la que aún no hay acuerdos firmados, fue aprobada para aplicarse en chicos de 12 a 17 años. Entre los padres de niños con comorbilidades crece el reclamo para pedir que llegue la única vacuna que, por ahora, mostró eficacia y seguridad en esa franja etaria.
El fin de semana, el Gobierno selló un contrato con Moderna para recibir 20 millones de dosis en 2022, con la expectativa de que también se allane el camino para percibir una donación previa desde Estados Unidos en los próximos meses. Si bien Moderna ya llevó adelante estudios en chicos de entre 12 y 17 años, todavía no recibió la autorización de la FDA para administrarse en menores de edad. Una vez que llegue al país, deberá pasar el análisis de la ANMAT.