El próximo 17 de julio se cumplirán 26 años del atentado terrorista a la sede de la AMIA, ubicada en la calle Pasteur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Será un acto distinto al de años anteriores en virtud de las restricciones vigentes por la pandemia de coronavirus. Mientras tanto continúa abierta una investigación que tiene como principal sustento el trabajo realizado por Alberto Nisman, asesinado en 2015 según la hipótesis que analiza la Justicia Federal que investiga su muerte.
Nisman logró desentreñar quiénes y cómo organizaron el ataque y su hipótesis es la principal pista que reconocen los fiscales actuales que integran la Unidad especial que lleva adelante el caso: el atentado fue realizado con una camioneta trafic llena de explosivos que era manejada por un conductor suicida y organizado por miembros de Hezbollah desde la triple frontera.
Gonzalo Miranda es uno de los fiscales actuales del caso. Fue designado recientemente por el procurador Eduardo Casal para integrarse a la Unidad que coordina Sebastián Basso. Este miércoles concedió un reportaje a los periodistas Florencia Halfon y Nicolás Fiorentino en Futurock y estas fueron sus principales definiciones sobre el expediente:
- El atentado se cometió a partir con una camioneta Trafic, el 17 de julio de 1994. Fue conducida por un suicida. La camioneta explotó en la puerta de la sede de la AMIA y la coordinación y la preparación del atentado fue realizada por miembros del grupo terrorista Hezbollah, desde un punto cercano a la Triple Frontera. Eso es a grandes rasgos lo que ocurrió objetivamente. A partir de la investigación, se intenta determinar todo un accionar previo y posterior de encubrimiento. Pero básicamente el hecho es ese.
- Está finalizando el segundo juicio a Telleldín, que en su momento se ha hablado mucho. Esto tiene vigencia. Estamos cerca de llegar a una condena a la persona que entregó la camioneta y nunca pudo dar respuesta a quién.
- “El hecho en sí no ha podido ser juzgado, pero podemos hablar en parte de cierto esclarecimiento en virtud de la hipótesis que sostiene la acusación. Hoy contamos con medios tecnológicos que hace 26 años no existían. Y dado que los principales acusados no viven en nuestro país, esto es un punto que cobra protagonismo”.
- “Lo que tenemos que tener claro es que las alertas rojas están vigentes. Esas decisiones las adopta un juez y es el único que las puede cancelar. En ese sentido, las alertas y los pedidos de captura internacional siguen vigentes. Hace poco días la Cámara dictó una nueva resolución en donde hace hincapié en esto y en algún tipo de estrategia para dar con el paradero de algunas de estas personas que obviamente es difícil, porque el atentado se le adjudica al grupo terrorista Hezbollah y tiene protección de algunos estados”.
- “Desde el principio de la investigación hay muchísimos legajos para investigar todas las pistas posibles. Lo que hoy se está viendo -y esto lo ratificó la Cámara Federal- busca descartar las hipótesis que con el transcurso de los años se demostraron que no tenían asidero. En cuanto al atentado en sí, la hipótesis es bastante clara de cómo sucedieron los hechos. Hay algunas líneas que siguen abiertas, pero la concentración de fuerzas está en la línea principal”.
- “Todo nuestro trabajo está embebido en la actuación de Alberto Nisman. Fue el primer titular de la UFI que ahora integro y los principales dictámenes, que son de 2006 y 2009, son elaborados por él. Después se sucedieron distintos fiscales y pasaron distintos procuradores generales”.
- “Nisman marcó las bases porque fue el fiscal que en años más cercanos al hecho llevó la investigación. Se sostuvo en gran parte mucho de la acusación respecto del hecho en sí que él y su equipo habían generado”.