Se sabe que fumar causa grandes daños a la salud del fumador y de aquel que convive con uno. Y que no existe una cantidad "segura" de cigarrillos: fumar poco no protege de los daños del tabaco. Dejar de fumar tiene un beneficio inmediato, incluso en los fumadores empedernidos, pero el cuerpo necesita al menos entre cinco y 10 años, y en algunos casos hasta 25, para que el riesgo cardiovascular sea tan bajo como el de una persona que nunca probó un cigarrillo. Así lo asegura un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association ( JAMA), que reveló que los grandes fumadores (aquellos que fumaron al menos un paquete diario durante 20 años) pueden reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en un 39% en los cinco años siguientes a dejar de fumar.
Fumar aumenta las posibilidades de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular
Pero para conseguir un riesgo al nivel de alguien que nunca haya fumado se necesita mucho más tiempo, un dato que choca con lo que se creía hasta ahora. "La calculadora de riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es utilizada actualmente por muchos médicos para ayudar a evaluar el riesgo en sus pacientes. Esta calculadora considera que el riesgo en ex fumadores que lo dejaron hace cinco años es similar al de los que nunca fumaron, que es una duración de tiempo más corta que la que observamos nosotros", señaló al diario ABC la autora principal del estudio, Meredith Duncan, que dirigió los análisis para la División de Medicina Cardiovascular del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. "El riesgo cardiovascular asociado al tabaquismo es claro, tanto para la comunidad médica como para la población en general: fumar aumenta las posibilidades de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV). Sin embargo, en el inconsciente colectivo persiste la idea de que fumar 'un poquito' no es tan dañino", sostuvo a Infobae el médico cardiólogo Jorge Tartaglione (MN 67.502), presidente de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
El especialista señaló que "un reciente trabajo de investigación aportó evidencia contundente contra este mito popular". Y enumeró:
– Los hombres que fuman alrededor de un cigarrillo por día tienen un incremento de riesgo de infarto del 48% y un aumento de riesgo de ACV del 25% en comparación con los no fumadores.
– En el caso de las mujeres, los riesgos son aún más altos: un aumento del 57% para infarto y de 31% para ACV.
– Las personas que fuman alrededor de un cigarrillo por día tienen casi la mitad del exceso de riesgo que presentan los fumadores de 20 cigarrillos por día.
Al realizar una revisión de este estudio, el doctor Juan Humphreys, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología, manifestó que durante mucho tiempo se supuso que fumar pocos cigarrillos es de relativo bajo riesgo, y se asumió lo mismo para los cigarrillos con bajo contenido de nicotina. Hay evidencias específicas que demuestran significativos incrementos del riesgo cardiovascular para fumadores pasivos, fumadores ocasionales y fumadores de menos de cuatro cigarrillos por día. En esta línea, citó como ejemplo que, si la reducción de riesgo cardiovascular tuviera una relación lineal con la disminución del consumo, uno podría suponer que fumar un cigarrillo por día en vez de 20 bajaría el riesgo a la vigésima parte (5%). Si bien hay algunos artículos que demuestran que esto podría darse en el caso del cáncer de pulmón, no es así para la enfermedad cardiovascular, ya que se observó que se mantiene un riesgo proporcionalmente mucho mayor para quienes tienen baja exposición.
"Hay evidencias específicas que demuestran significativos incrementos del riesgo cardiovascular para fumadores pasivos, fumadores ocasionales y fumadores de menos de cuatro cigarrillos por día", agregó. Por todo esto, Tartaglione concluyó que "no se trata de fumar mucho o poquito, sino que se debe apostar por el nada". "Ya no hay excusas ni creencias populares. El mensaje es claro, 'ni un cigarrillo más' si nuestro objetivo es cuidarnos y prevenir la enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer". En ese sentido, la médica especialista en cardiología infantil María Verónica Andrade (MN 104.440), del equipo médico de Crenyf, destacó que "al dejar de fumar se toma una de las decisiones más importantes de la vida, la de continuar con una mejor calidad de vida, ya que los cambios se empiezan a notar casi de inmediato al dejar el cigarrillo".
Y detalló:
-A los 20 minutos: la presión arterial y la frecuencia cardíaca comienzan a bajar y las arterias se relajan facilitando la circulación.
-A las 8 horas: el nivel de monóxido de carbono en sangre se normaliza.
-A las 24 horas: ya comienza a reducirse la posibilidad de un ataque cardíaco.
-Entre la segunda semana y los tres meses: mejora la circulación y la capacidad pulmonar se incrementa hasta un 30%, por lo que el paciente sentirá que ha mejorado mucho su capacidad física.
-Desde el primer mes hasta los nueve meses: mejora la tos, la congestión nasal, el cansancio y la dificultad para respirar. Las cilias (que son las células respiratorias encargadas de "barrer" toda la suciedad que puede llegar a nuestros pulmones) recuperan su función para proteger y limpiar las vías respiratorias.
-A los 12 meses: la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco baja a la mitad.
-A los 5 años: la probabilidad de tener un ataque cerebral (ACV) disminuye a la mitad.