¿Como montar una huerta agroecológica?
La técnica fomenta alimentación sana y reconexión con la tierra.
Ver el ciclo de crecimiento de lo que luego será alimento. Comprender de primera mano los ciclos de la naturaleza, el cuidado de la tierra y las bases de una alimentación saludable. Todo eso es posible cuando se trabaja en una huerta agroecológica, pero, ¿qué se necesita para empezar una? “Se necesita un espacio con sol directo de cinco a seis horas, se puede hacer en tierra o en recipiente. En la terraza o en el balcón. Por lo general, en las ciudades se trabaja con los suelos que hay, que no suelen ser de buena calidad y se mejora usando agregados compuestos que se hacen con sobras de la cocina, con resto de poda, con pasto y con excremento de algunos animales”, explica el ingeniero agrónomo Gonzalo Pares.
El especialista está a cargo del taller gratuito de huerta agroecológica que brinda el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en el Área Metropolitana de Buenos Aires, por un canal de Facebook. Con este sistema de producción sustentable, al proyectar un espacio familiar o comunitario, se hace foco en el cuidado de la ecología y en la alimentación saludable, pero también en la armonía entre las especies y el cuidado de la naturaleza. Además, se aprenden conceptos importantes para trabajar la tierra, como la lombricultura y el compostaje. Incluso, se puede realizar en espacios reducidos.
Cómo organizar la huerta:
Una vez que se designa el espacio, hay que poner un cerco para evitar las visitas de los perros y de los gatos. Luego, hay que separar los sectores de canteros de cultivo y el lugar donde se harán los almácigos, que permiten controlar la germinación hasta que llegue el tiempo del trasplante. “Los canteros de cultivo por lo general están separados por caminos, también están los sectores donde se hacen los abonos y los cultivos más rústicos como pueden ser las habas en invierno y lo que es chacra en verano: choclo, zapallo y chauchas, por ejemplo”, describe Pares.
Herramientas para el cultivo:
Una pala, una azada y un rastrillo. Recipientes de distintos tamaños, manguera y regadera.
“Si se trabaja en recipientes hay que tener cuidado con la calidad de suelo que le ponemos. Es un sistema artificial, entonces tenemos que proveerle a las plantas todo lo que necesitan por medio de ese suelo agregado. Normalmente se utiliza una parte de buena tierra negra, una parte de arena y una parte de abono compuesto”, remarca el ingeniero agrónomo.
El abono compuesto o compost, es la transformación de los restos orgánicos en tierra negra y esponjosa que será el alimento para las plantas. Es un proceso que en promedio puede demandar unos cuatro meses por lo que si se inicia la huerta, en una primera etapa hay que contemplar de donde conseguirlo hasta que se genere el propio.