Las calles de las principales ciudades de China son testigos de lo que muchos consideran históricas manifestaciones contra las estrictas medidas que el gobierno de Xi Jinping aplicó desde el inicio de la pandemia del COVID-19. Miles de personas se movilizaron desde el domingo en Shangái, Beijing, Wuhan y en otros territorios más pequeños del gigante asiático.
Con una simple hoja en blanco, hombres y mujeres, la mayoría de ellos jóvenes, se lanzaron a la calle para protestar contra la política de “covid cero” que el Partido Comunista Chino (PCC) mantiene para tratar de paliar los crecientes contagios de la enfermedad. Según cifras oficiales, el domingo se habían registrado 3748 nuevos casos y más de 36.000 asintomáticos. Números récord para China.
A pesar de esta inesperada presión social que emergió en China, el gobierno de Xi Jinping no parece dar el brazo a torcer. “China prioriza el pueblo, la salud y la vida con apego a la estrategia de prevenir las infecciones locales y dar instrucción en los casos del exterior”, explicó su embajador en la Argentina, Zou Xiaoli, en una conferencia para luego remarcar: “Persistimos en la política de cero covid dinámico”.
Políticas restrictivas que ahora son resistidas
La estrategia “dinámica” aplicada por el PCC consiste en confinar o flexibilizar las restricciones a medida que aumenten o disminuyan los contagios de COVID-19 en las distintas regiones del país. Pero, a entender por los testimonios recolectados por los periodistas que trabajan en el lugar, los chinos se cansaron de estas estrictas medidas que han provocado, como en el caso de Shangái meses atrás, principios de desabastecimiento y desconexión absoluta.
A pesar del confinamiento total y los masivos testeos, el gobierno chino no pudo evitar que en la última semana se batieran todas las marcas. Días tras día los contagios son mayores. A pesar de las protestas, Xi Jinping se apalanca en estas cifras para continuar con sus medidas. “Frente a los cambios en la situación pandémica, hay que responder rápidamente de manera específica y eficaz”, resumió el embajador del gigante asiático en la Argentina.
“Queremos combinar la prevención al COVID-19 y el desarrollo socioeconómico al fin de proteger la salud y la seguridad de nuestras masas populares”, detalló Zou Xiaoli en un intercambio con un reducido grupo de periodistas que se realizó de manera virtual, como suelen hacer todas las embajadas chinas en el mundo, justamente, por las políticas sanitarias. Al embajador sólo se lo vio en reuniones presenciales con los principales funcionarios nacionales, como el ministro de Economía, Sergio Massa.
Despliegue de fuerzas para calmar las protestas
Fortalecido por su reelección como secretario general del PCC, Xi Jinping posiblemente no se esperara esta bienvenida al inicio de su tercer mandato al frente del partido. En las últimas horas, y a medida que las manifestaciones se iban expandiendo hacia otros puntos del país, el gobierno chino decidió enviar a la calle a una gran cantidad de efectivos de seguridad para tratar de prevenir las marchas, tal como informó AFP con su periodista en el lugar.
Sin mencionar particularmente las protestas, el diplomático chino en el país reconoció que “en algunas regiones se registró una importante cantidad de casos nuevos, lo que generó una presión enorme a la prevención de COVID-19″. Sin titubeos, allí repitió: “Seguiremos utilizando nuestro programa anti pandémico pautado desde un principio”.
Sin detenerse en las denuncias, la lectura que hace el gobierno chino es sencilla: “Como persistimos en las políticas mencionadas anteriormente desde un comienzo, China se encuentra entre los países con menor tasa de mortalidad del mundo”. Los casos oficiales que informó el PCC dan cuenta de ello, aunque ahora los contagios se hayan disparado.