El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó este miércoles las medidas que buscan restringir los movimientos de la población ante la pandemia de coronavirus y aseguró que “el hambre mata mucho más que el propio virus”. El mandatario expresó su punto de vista en una comparecencia ante los periodistas, sin aceptar preguntas, mientras el país registró este martes un nuevo récord diario en el número de muertos a causa de covid-19, de 3.780 fallecidos.
“Brasil tiene que volver a trabajar. La población tiene que volver a trabajar”, afirmó Bolsonaro, que se presentó ante los micrófonos sin mascarilla, acompañado de otros altos funcionarios que sí tenían su rostro parcialmente cubierto.
Sao Paulo y Río de Janeiro se encuentran con un período festivo ordenado por las autoridades municipales que comenzó el viernes y que se prolongará hasta este domingo, con el fin de restringir las actividades de la población para enfrentar la pandemia.
En las últimas 24 horas también se registraron 90.638 nuevos casos de infectados, según el informe publicado por el Consejo Nacional de Secretarios de Salud de Brasil (Conass) este miércoles por la tarde.
Brasil es, después de Estados Unidos, el segundo país con el mayor número acumulado de casos de covid-19, con 12,6 millones de infectados, y de fallecidos, 321.515, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Bolsonaro dijo que las órdenes de las autoridades de los estados y de los municipios que buscan pedir a la población que se quede en casa “extrapolan un estado de sitio”, una medida especial que solo puede ser autorizada por el poder legislativo.
“Quedándonos en casa no vamos a solucionar ese problema”, recalcó Bolsonaro, un jefe de Estado que en el comienzo de la pandemia le restó importancia y llegó a calificar la covid-19 como una “gripita”.
Del 21 al 27 de marzo se registró también la semana con más casos (casi 540.000), lo cual significa que seguramente de aquí a dos semanas más personas precisarán ser internadas. Desde el inicio de la pandemia, hubo 12.748.747 contagiados en este país de 212 millones de habitantes.
“Nunca un solo acontecimiento provocó tantos muertos en treinta días en la historia de Brasil”, dijo a la AFP el médico Miguel Nicolelis, ex coordinador del Comité Científico formado por los estados del nordeste para enfrentar la pandemia. “Estamos en el peor momento, con el mayor número de muertes y de casos, lo cual indica que abril será todavía muy malo”, señaló por su parte la epidemióloga Ethel Maciel, profesora de la Universidad Federal de Espirito Santo (UFES).
Pero los hospitales ya están saturados: 18 de los 27 estados brasileños tienen más del 90% de sus camas de unidades de cuidados intensivos (UCI) para covid-19 ocupadas y otros siete registran una ocupación de 84% a 89%, según el último boletín de la Fundación Fiocruz.
Varios estados empezaron a adoptar protocolos para adjudicar las camas disponibles a los pacientes con más chances de sobrevivir. “Hemos llegado a una situación muy trágica, parecida a lo que ocurrió en Italia” a inicios del año pasado, dijo Maciel.
Al menos 230 personas con covid o con sospecha de tener el virus fallecieron en marzo esperando cama en alguna UCI de la región metropolitana de San Pablo, la capital económica del país, según un informe de TV Globo.
El temor aumenta con la aproximación del invierno austral, cuando hay mayor demanda de internaciones debido a otras enfermedades respiratorias. “Podemos tener una confluencia de esas demandas con índices muy altos de covid, provocando una tormenta perfecta” en el sistema sanitario, sostuvo Nicolelis.
“La pandemia está totalmente fuera de control y la posibilidad de llegar a 4.000 muertes por día es muy real a partir de esta semana. Y la perspectiva de alcanzar medio millón de muertos en julio ya es plausible”, añadió.