Donald Trump consideraba a Mauricio Macri una pieza clave en el tablero geopolítico de América Latina y utilizó todo su poder institucional para sostener al gobierno de Cambiemos que estaba en jaque por un plan económico recesivo que podía abrir la puerta a un triunfo del peronismo. Trump pretendía bloquear una eventual llegada del justicialismo a la Casa Rosada, ya que esa instancia política complicaría sus planes para terminar con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Para la Casa Blanca una victoria de Cristina Fernández -Alberto Fernández aún no aparecía en el escenario electoral- podía exhumar un eje populista -Argentina, Venezuela y Cuba- y afectar los intereses norteamericanos en la región.
En este contexto, el presidente de los Estados Unidos no solo apoyó a Macri en público, sino que también utilizó en secreto toda su poder global para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) saltara todos sus límites financieros y concediera a la Argentina un crédito histórico por más de 55.000 millones de dólares. Macri estaba empecinado en un plan de ajuste que deterioraba su imagen política y afectaba sus posibilidades de obtener la reelección en 2019. Entonces, el ex presidente decidió recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un rescate financiero que permitiera atenuar el déficit fiscal y reconstruir así su propia plataforma electoral ante los distintos sectores peronistas que empezaban a olfatear el regreso a Balcarce 50.
La estrategia política-electoral de Macri enfrentaba dos obstáculos casi insalvables. La resistencia del staff del FMI y de los países europeos que consideraban inviable la situación económica de la Argentina. Si las cuentas públicas estaban en rojo y había pocas posibilidades de revertir la situación, por qué se debían destinar millones de dólares al Gobierno de Cambiemos, se preguntaban los técnicos del FMI y los representantes de la Unión Europea en el board del organismo multilateral. Christine Lagarde, por entonces directora gerente del Fondo, trasladó esas inquietudes a la Casa Blanca. Mauricio Claver, asesor de Trump y actual candidato norteamericano para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), escuchó los planteos de Lagarde y llevó el asunto al presidente republicano.
En ese entonces, Claver era representante de los Estados Unidos en el FMI, tenía excelente relación con Nicolás Dujovne y ya consideraba que la Argentina debía colaborar con la remoción de Maduro en Venezuela. Claver desplegó sus argumentos frente a Trump y el amigo personal de Macri no dudó en la toma de la decisión política. Estados Unidos debía apoyar al gobierno de Cambiemos para tener su voto permanente frente a Venezuela y evitar que la crisis económica facilitara el regreso del peronismo a Balcarce 50. Trump respaldó a Macri sin dudar en el FMI, y forzó un crédito histórico e imposible de pagar por 57.000 millones de dólares. Europa nunca estuvo de acuerdo, y menos aún el staff del Fondo Monetario Internacional.
Claver fue una pieza indispensable en la maquinaria de los Estados Unidos para lograr que Macri accediera a los créditos Stand-By del FMI. El actual asesor del Salón Oval y probable titular del BID recorrió los despachos de los representantes de Europa en el Board y argumentó con vehemencia ante los técnicos del FMI que miraban los números en rojo de la Argentina y se negaban a plegarse a los planes de la Casa Blanca. La predisposición política de Trump y la habilidad diplomática de Claver poco sirvieron para enmendar la situación política y económica de Macri. Y al final el Presidente de Cambiemos perdió la reelección ante la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, que representaba al Frente de Todos. Los temores de Trump y Claver se habían transformado en realidad.
Claver dialoga con Alberto Fernández, pese al incidente del día de asunción presidencial que causó un fuerte enfrentamiento diplomático entre ambos. Claver se enteró de que Alberto Fernández había invitado a Jorge Rodríguez -vicepresidente de Venezuela y hombre fuerte del régimen-, y muy molesto decidió no participar de la ceremonia y forzar un regreso anticipado a Washington. Al final, esa reacción de Claver no congeló su relación política con el Presidente y los dos conversan en reserva cada vez que hay un problema político que interfiere la relación entre Olivos y la Casa Blanca. Ese backchannel entre Alberto Fernández y Claver sirvió para que el jefe de Estado conociera que su interlocutor de origen cubano era el candidato de Trump en el BID, un puesto que pensaba ocupar con Gustavo Béliz, actual secretario de Asuntos Estratégicos.
Si no hay una crisis política, Claver llegará al BID. Y Alberto Fernández, que forjó una alianza con ciertos países de América Latina y Europa, no podrá hacer nada para evitarlo. Y si este pronóstico se consuma, Béliz será el vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, un puesto que no afectará la toma de decisiones en ese organismo multilateral. Aunque ya asume que derrotará a Béliz, el candidato norteamericano se encuentra en campaña electoral. Y hace unos días participó de una videoconferencia con el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI).
En esta oportunidad, Claver ratificó la estrategia de Trump en América Latina, consideró que ya era hora de terminar con los ciclos históricos-populistas en Cuba y Venezuela y reveló -por primera vez- su rol en la concesión de los créditos Stand-By al gobierno de Macri. “Yo estaba en el Fondo Monetario, y el programa más grande en la historia del Fondo Monetario, lo ocupamos para la Argentina. Que se haya mal manejado el programa, que no se haya ejecutado bien por parte de Argentina, y les haya costado la elección, es una cuestión”, reconoció Claver ante los diplomáticos chilenos.
Y agregó: “Yo tenía a los europeos enfrente de mí, cuando quisimos impulsar e impulsamos el programa de asistencia más grande en la historia del Fondo Monetario Internacional para ayudar a la Argentina en su momento de crisis, fueron los europeos que estaban peleados contra nosotros, porque no querían ayudar a la Argentina, porque no les interesaba el Hemisferio Occidental”. Las opiniones de Claver no se quedaron en Santiago de Chile. Como parte de su campaña electoral, el candidato de Trump remitió a todos los países miembros del BID en América Latina una minuta de cuatro carillas con su presentación ante el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI). En esa minuta reservada, Claver transcribe textual lo que revela en exclusiva Infobae: todo lo que hizo Trump en el FMI fue para ayudar a Macri y evitar que el peronismo regresara a la Casa Rosada. En Olivos leyeron la minuta de Claver. Respecto a Macri, le dieron la razón.