El martes en una audiencia, los jueces dictaminaron que Facebook tenía que cumplir con una orden antimonopolio de la autoridad de competencia federal de ajustar la forma en que rastrea las aplicaciones de navegación y teléfonos inteligentes de los usuarios y señaló que la compañía estadounidense está abusando de su dominio del mercado. El fallo es temporal mientras la demanda subyacente está pendiente. “No tenemos dudas de que Facebook tiene una posición dominante en el mercado de las redes sociales y que hace un mal uso de su posición”, dijo Peter Meier-Beck, juez que presidió el caso en el Tribunal Federal de Justicia de Karlsruhe. En febrero de 2019 el regulador antimonopolio realizó un ataque histórico al modelo de publicidad de Facebook, dándole a la compañía 12 meses para dejar de “recopilar y usar sin restricciones” datos y combinarlos con las cuentas de Facebook de los usuarios sin su consentimiento. En ese momento, Facebook dijo que el regulador lo estaba acusando injustamente, lo que estaba abriendo nuevos caminos al usar la ley antimonopolio para abordar la privacidad de los datos.
La decisión es un durísimo golpe al modelo de negocio que Facebook aplica en todo el globo. Este se se basa principalmente en recolectar cantidades monumentales de datos de sus usuarios para ofrecer una publicidad lo más segmentada posible. La compañía recoge la información desde Facebook, Instagram y Whatsapp. Todos estos datos son sin el consentimiento explícito de los usuarios de las plataformas. En oportunidades, estos perfiles detallados fueron utilizados por movimientos políticos. Además de las batallas legales que debe enfrentar en cada país, la empresa de Mark Zuckerberg tiene problemas con las empresas de comunicación líderes. Los grandes medios norteamericanos critican a Facebook por su doble discurso en torno a las minorías: mientras respaldan la lucha contra el racismo y la discriminación, se convirtieron en la principal plataforma para la desinformación y propagación del odio.
“A veces es difícil de recordar, pero las redes sociales alguna vez funcionaron como una herramienta para los oprimidos y marginados. En la Plaza Tahrir de El Cairo, por ejemplo, los activistas utilizaron Twitter y Facebook para organizar manifestaciones y difundir sus mensajes”, acusa con nostalgia Kevin Roose en The New York Times. “Pero en los últimos años, un movimiento reaccionario de derecha ha cambiado el rumbo. Ahora, algunas de las voces más fuertes y establecidas en estas plataformas pertenecen a comentaristas conservadores y provocadores pagados cuyo objetivo es burlarse y subvertir los movimientos de justicia social, en lugar de apoyarlos”, crítica el diario más influyente del país.
En el artículo, el Times recuerda que mientras las protestas estallaban en todo Estados Unidos en respuesta al asesinato policial de George Floyd, el director ejecutivo de Facebook, Zuckerberg escribió un largo post denunciando los prejuicios raciales y proclamando que “las vidas de los negros importan”. Sin embargo, acusa, “si bien estas muestras de apoyo pueden haber sido bien intencionadas, no borran la forma en que los propios productos de de la compañía han sido exitosamente armados por racistas y provocadores partidistas, y están siendo utilizados para socavar Black Lives Matter y otros movimientos de justicia social”. Y dispara: “Es como si los jefes de McDonald’s, Burger King y Taco Bell se unieran para luchar contra la obesidad haciendo donaciones a una cooperativa de veganos, en lugar de reducir las calorías de sus alimentos”.
Para graficar el poder de odio que tienen las plataformas como Facebook, el Times revela que el mismo día que Zuckerberg publicaba su sentido mensaje, el post más popular en la red social fue un video de 18 minutos publicado por la activista de derecha Candace Owens. En el video, la Owens, que es negra, se queja de las protestas, asegura que es una “falsa narrativa” que la policía norteamericana tenga prejuicios raciales e, incluso, se burla de Floyd a quien llama “horrible ser humano”. Su monólogo tuvo casi 100 millones de visitas.