FaceApp, del furor a la paranoia ¿invasión rusa a la privacidad?
En los últimos días las redes sociales argentinas se fanatizaron con envejecer un rato ¿las fotos adonde van?
FaceApp se viralizó hace unos días en Instagram y Twitter gracias a una mejora en sus filtros que permiten tomarte una selfie y visualizar de un modo más realista cómo te verás a los 60 o 70 años. Miles de usuarios comenzaron a compartir fotos suyas y de paso aplicaron el filtro a algunos famosos de Hollywood o futbolistas.
La aplicación fue creada por Wireless Lab, una empresa con sede en San Petesburgo, Rusia, dirigida por el ingeniero Yaroslav Goncharov. Como suele ocurre con este tipo de aplicaciones, FaceApp ha encendido focos rojos en aquellos que se preocupan por la privacidad. La aplicación de origen ruso está disponible para iOS y Android y cuenta con una política de privacidad bastante ambigua en su web, misma que no se actualiza desde enero de 2017.
De acuerdo con la política de privacidad –solo en inglés–, FaceApp recolecta todo el contenido generado por el usuario (fotos y/o videos), como otra información del comportamiento por medio de herramientas de análisis de terceros, cookies e identificadores de tu dispositivo para proveer contenido personalizado y publicidad.
FaceApp dice que no compartirá o venderá tu información a terceros. Los únicos que pueden tener acceso son solo aquellos que sean parte legalmente del mismo grupo de empresas o que se conviertan en "afiliados". También están los "proveedores de servicio", a quienes se les facilitan los datos de ubicación, identificadores del dispositivo y archivos de registro.
Para el almacenamiento de esta información, FaceApp indica que el contenido del usuario se guarda y procesa en Estados Unidos y otras regiones en donde la empresa, afiliados y socios tengan instalaciones. Se advierte que es posible que en algún momento se transfiera la información a otro país en donde las leyes que rigen la recopilación y uso de datos no sean las mismas, por ejemplo, Rusia, donde la compañía tiene su origen.
A grandes rasgos, la política de privacidad de FaceApp no difiere mucho de otras aplicaciones similares: es ambigua y no especifica con lo que ocurrirá con tus fotografías a futuro. Si la empresa es adquirida por Facebook, la NSA o el Servicio de Seguridad Federal de Rusia, toda tu información pasaría al comprador, quien hipotéticamente "tendría que cumplir los compromisos adquiridos" en la política de privacidad actual.
El abogado Muchael Bradley, de Marque Lawyers, comentó en una entrevista con ABC News que cualquier persona que haya colocado su rostro en línea junto con su nombre y otros datos de identificación — como su perfil de redes sociales — queda vulnerable a ser capturado digitalmente para futuros usos de reconocimiento facial.
FaceApp, al igual que ocurrió con la aplicación china de selfies Meitu, estas apps tienden a recolectar más información de la necesaria para operar. A eso debemos sumar que la política de privacidad deja claro que en cualquier momento pueden trasladar los datos a otro país en donde exista distinta jurisdicción a la actual.