The Surge: algo más que buenas ideas
Reviews a fondo de los mejores juegos, en GamePod. Por Nicolás Herrera.
Empece con el pie izquierdo mi experiencia con el ultimo título de Deck 13. Lo sentía injusto, innecesario. Todo el calvario que tenia enfrente me resultaba molesto y más de una vez estuve por dejarlo. ¿Por qué si esquivo me quita vida igual? ¿No acabo de bloquear ese ataque? ¿Soy yo o este jefe es injustificablemente difícil? Si, había empezado con el pie izquierdo.
La obra de Deck 13 no perdona, es difícil y pretende que ya tengas experiencia en esta clase de juego (sino porque estarías jugando un título de índole Soulslike ¿no?) pero esconde más de una idea detrás de toda su fachada cubierta de oxido y muerte.
Al momento de combatir contamos con un sistema clásico. Golpe fuerte, débil, contraataque y esquive. Con estos elementos deberemos eliminar los diferentes enemigos que se nos presenten en los niveles y es en el apartado de recompensas donde el juego muestra sus cartas. En un primer momento, eliminaba lo que se me presentaba. Ir barriendo zona tras zona, sin caer en cuenta que cada enemigo contaba con una parte desprotegida donde realizar más daño y que tenia la posibilidad de cercenar dicha parte para obtener su equipamiento o, al menos, una pieza de los planos para armarlo. Entonces estaba ahí, con el equipo básico aumentado por la chatarra común que tiraban los enemigos, atacando sin ton ni son, frente a un jefe con una barra de vida y daño ridículos. Mi pie izquierdo dejo lugar a mi falta de conocimiento total sobre las mecánicas escenciales del combate.
The Surge no perdona estos descuidos dado que su sistema de recompensas esta ligado a como enfrentemos cada combate. Al momento de enfocarnos en la parte del enemigo más vulnerable, consigamos debilitarlo y encadenar un golpe de gracia, esa parte podremos agregarla a nuestro exoesqueleto en los puntos de guardado. A su vez sino conseguimos la pieza, pero si una parte del plano, podremos armar y equipar el accesorio. Acá es donde la experiencia se manchaba por mi background. The Surge bebe de las aguas de Dark Souls, pero su planteo de progreso es opuesto. No sirve eliminar cada enemigo y esperar que nos suelte una parte de equipo, tenemos que elegirla nosotros para luchar por ella en consecuencia.
Por su parte los enemigos irán escalando a medida que nuestro equipamiento mejore, pasando de torpes zombies con exoesqueletos a fieras maquinas de matar ágiles y potentes. Como punto en contra, dichos enemigos cuentan con daño por encima de la lógica del juego. Entiéndase, hay momentos donde hasta un ataque simple nos quitara una porción exagerada de vida aun cuando nos hayamos cubierto. No ayuda a esto el hecho de que no se pueda distinguir entre un ataque o un movimiento errático de un cadáver con un robot en la espalda.
El armamento a nuestra disposición es lo clásico dentro del genero. Pesadas con gran daño, a dos manos, ágiles con daño reducido, podremos adicionar un dron que nos asista en combate, etc. Las mismas pueden mejorarse tanto con habilidad pasivas/activas del jugador como con la chatarra que juntemos de cada enemigo derrotado (moneda del juego, las almas de Dark Solus). Estas habilidades del jugador son limitadas tanto en los slots que tengamos para ubicarlas como en su uso, pero son de extrema utilidad una vez avanzados en los escenarios.
Cumpliendo con el reglamento de un Soulslike, The Surge cuenta con escenarios interconectados en un mapa por demás extenso. Su ambientación futurística le da cierta licencia a la hora de colocar laberínticos pasillos de emergencia en las fabricas o instalaciones destruidas en el exterior. El problema no surge de su planteamiento ni de su estructura, sino de las pocas indicaciones que tenemos a la hora de encontrar el camino para avanzar en la trama. Lo encontraremos al fin y al cabo, pero perderemos mucho tiempo recorriendo cada zona para encontrar el acceso a la siguiente. En vez de dejar esa exploración a decisión del jugador, se vuelvo algo obligatorio y molesto. En la vereda de enfrente tenemos a la banda de From Software que plantea esta disposición de escenarios pero siempre con un camino a seguir o un edificio al cual llegar que se vislumbra a lo lejos. En The Surge no sucede eso cortando de manera brusca la inmersión.
Nuestro protagonista en los primeros compases de la aventura estará lisiado llegando a las instalaciones de la empresa que nos promete el oro y el moro en su visión de mejorar al mundo, volviéndolo a sus tiempos de gloria. Luego de una traumática cirugía, en la cual no se nos explica el motivo por el cual no usan anestesia, entramos en el juego. Luego de este punto no hay más conexión con el personaje. Se puede alegar que, en los juegos de corte Soulslike, no importa el protagonista, sino la historia detrás de él. Pero entonces ¿por qué mostrarnos que estábamos lisiados? ¿qué motiva al estudio a introducirnos de esta forma a un personaje que al fin y al cabo dejan en el olvido?. A nivel argumental, la historia detrás de toda la hecatombe que vemos presenta sus dilemas morales, sus historias personales y sus vueltas de tuerca brutales. Pero al no sentirnos parte de lo que se muestra la conexión se pierde y solo queda el desafió de llegar a la siguiente zona con la menor cantidad de muertes encima.
The Surge da la sensación de quedar a un paso de completar su planteamiento, de llegar a ser lo que quería Deck 13. Sus fallas corresponden a puntos específicos en el desarrollo de su argumento, la obligación a explorar para pasar al siguiente sector (no para habilitar otro acceso) y el abusivo poder de sus escasos jefes finales. Igualmente The Surge es un título muy recomendable para todo asiduo jugador de Soulslike.