Robert Behnken y Doug Hurley emplearon 19 horas para volver a la Tierra, y de ese modo pusieron fin a la misión Demo-2, que iniciaron el 30 de mayo, cuando despegaron con la Crew Dragon desde una plataforma en tierra en Florida. Un hecho que se convirtió en un hito para la historia mundial dado que fue el primer lanzamiento de astronautas de la NASA desde suelo estadounidense desde 2011, y la primera vez que una nave espacial desarrollada comercialmente llevó a los humanos a la órbita.
Luego de que la nave descendiera frente a las costas de Pensacola, Florida, sin sufrir daños y tal como estaba previsto, un barco de recuperación se apresuró a recogerla para poder liberar a Hurley y a Behnken, que luego fueron atendidos por un equipo médico especial. El éxito de la misión demostró que la NASA, una vez más, tiene la capacidad de enviar a sus astronautas al espacio y traerlos de vuelta. Y allanó el camino para que EEUU se convierta en un líder mundial en vuelos espaciales tripulados.
El presidente Donald Trump, que había viajado a Florida para el lanzamiento de la cápsula hace dos meses, saludó su regreso seguro. “¡Gracias a todos!”, escribió en el Twitter. “Es genial que los astronautas de la NASA vuelvan a la Tierra después de una misión de dos meses muy exitosa”. La misión es también una gran victoria para la compañía SpaceX de Elon Musk que, a partir de ahora, con la certificación oficial de la NASA acerca de la Dragon como una nave espacial con calificación humana, se convertirá en un actor fundamental de la industria aeroespacial. Ya tiene previsto un nuevo viaje tripulado para septiembre, del que participarán cuatro astronautas, y promete en un futuro próximo los viajes de turismo espacial.
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— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 2, 2020