La cantante Marie Fredriksson, integrante del grupo Roxette -que conformaba junto a Per Gessle-, murió en la mañana de este lunes 9 de diciembre en Suecia donde luchaba desde 2002 con un tumor cerebral. La artista tenía 61 años. La información fue confirmada por su gerente de prensa, Marie Dimberg. “Con gran tristeza tenemos que anunciar que uno de nuestros artistas más grandes y queridos se ha ido. Marie Fredriksson murió en la mañana del 9 de diciembre en las suites de su antigua enfermedad", escribe Marie Dimberg, contacto de prensa y gerente de Roxette y Golden Times en un comunicado de prensa.
Time goes by so quickly. It’s not that long ago we spent days+nights in my tiny apartment sharing impossible dreams. And what a dream we eventually got to share! I’m honoured to have met your talent+generosity. All my love goes to you+your family. Things will never be the same. pic.twitter.com/MQwkjEozl3
— Roxette (@TheRealRoxette) December 10, 2019
La enfermedad en Fredriksson fue descubierta el 11 de septiembre de 2002 cuando “comenzó el infierno” según las propias palabras de la compositora. Según relató, todo comenzó de manera paulatina. Primero empezó a olvidarse las letras de sus propias canciones. Hasta que una mañana se desmayó en su propiedad y se encendieron las alarmas. Cuando se despertó estaba en un hospital y le dieron la dura noticia: tenía cáncer cerebral.
Gessle, por su parte, emitió un comunicado lamentando la partida de su compañera de éxitos desde 1986. “El tiempo pasa muy rápido. Parece que hace poco cuando Marie y yo nos sentamos en mi pequeño apartamento en Halmstad y compartimos sueños. ¡Y qué fantástico sueño tenemos para compartir! Gracias Marie, gracias por TODO. Eras una música verdaderamente única, una cantante en un nivel que casi nunca volveremos a experimentar. Pintaste mis canciones en blanco y negro con los colores más hermosos. Fuiste una amiga maravillosa por más de cuarenta años. Estoy orgulloso, honrado y feliz de haber compartido tanto de tu tiempo, tu talento, tu calidez, generosidad y humor. Todo mi amor por ti y tu familia. Las cosas nunca serán lo mismo".
Los médicos creían que la cantante no iba a sobrevivir mucho más que un año a partir de entonces. Sin embargo, sorprendió a todos. Tuvo que enfrentarse a una gran dosis de medicamentos, sesiones de radioterapia, complejas operaciones. Pero, a pesar de la supervivencia que experimentó, las secuelas en su cuerpo eran evidentes. Experimentó, en estos 17 años, problemas en el ojo derecho, auditivos, motores, de orientación y memoria. En 2007 volvió a los escenarios. “Pasé trece años de mi vida bajo el estigma del dolor, pero nunca me di por vencida y no me voy a rendir. Voy a seguir peleando hasta que no pueda más. Fue un milagro que sobreviviera. Si uno no pasó por esto, no puede entenderlo“, señaló Frederikson en el libro Listen to My Heart.