El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó a la baja su pronóstico sobre el comportamiento de la economía argentina durante este año y estimó que el PBI del país caerá 1,3%. La mayor contracción se explica por un desplome en el consumo interno y la inversión privada, con caídas del 4,8 y el 17,5 por ciento,
respectivamente, en relación a 2018. Cabe recordar que en el mes de abril de 2019, había vaticinado que el PBI caería 1,2%, mientras que para 2020, el Fondo Monetario prevé que la Argentina se recupere y crezca 1,1%, pero unos meses antes había estimado una mejora de 2,2%. "La economía de Argentina se contrajo en el primer trimestre del año, aunque a un ritmo más lento que en 2018", evaluó el FMI, al presentar la última actualización del informe "Perspectivas de la Economía Mundial".
Según el organismo internacional, "la inflación subyacente se ha situado por debajo de los promedios históricos en muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo, salvo en contados casos, como los de Argentina, Turquía y Venezuela". Según publicó NA, a nivel latinoamericano, el Fondo señaló que en el inicio de 2019 la actividad se "desaceleró notablemente" en varias economías de la región, a raíz de "factores idiosincrásicos". Así, el caso más preocupante es el de Venezuela, cuyo PBI caerá 35% este año. Los datos fueron difundidos por el economista jefe del FMI para América Latina, Alejandro Werner, quien presentó un informe actualizado sobre la situación América Latina y el Caribe.
Para toda la región, el nuevo informe aguarda un crecimiento de 0,6% (0,8 puntos porcentuales menos que en abril) y un repunte a 2,3% en 2020. En tanto, las previsiones de crecimiento para el 2019 en las dos economías más poderosas de América Latina reflejan un 0,8% para Brasil y 0,9% para México, por debajo de las previsiones de abril último y, con relación al Brasil, sostuvo que "el ánimo se ha deteriorado notablemente, dada la persistente incertidumbre acerca de la aprobación de la reforma de las pensiones y otras reformas estructurales". El empeoramiento del panorama de la región se encuadra en una reducción de las previsiones para el crecimiento mundial, con una rebaja de 0,1% para 2019 y 2020, que marcan una expansión de 3,2% y 3,5%, respectivamente. Para el organismo, un menor crecimiento mundial es resultado de "un agravamiento de la tensión en grandes mercados emergentes que actualmente están inmersos en
difíciles procesos de ajuste macroeconómico (como Argentina y Turquía)".