La incertidumbre económica que está viviendo la Argentina tras la repentina salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía, las restricciones a las importaciones, la disparada del dólar paralelo y las subas preventivas de los comercios, así como la falta de referencias de precios en rubros de bienes durables (como electrodomésticos, automóviles o materiales de construcción) impactaron de lleno en las tarifas produciendo una inflación que, durante julio, se ubicó en 9,5% en algunas categorías de consumos básicos.
En este complicado contexto, dentro de las categorías con más aumentos tarifarios se registraron, higiene con un 9,5%; canasta básica con 6,5%; cuidado capilar con 6,5%; bebidas con alcohol en un 5,7%; Cuidado Hogar y Auto 5,5% y Lacteos un 5,3%, al comparar los días comprendidos entre el 2 y el 15 de julio, con la semana desde el 25 de junio al 1º de julio, según la consultora Focus Market.
Además, el viaje de compra en el autoservicio durante junio de 2022 (valor del ticket promedio en supermercados) fue de $987, con un promedio de 5,4 unidades. Desde la consultora marcaron que la frecuencia de visita a este canal de compra creció cerca del 5% durante los primeros seis meses del año, pero con una transacción promedio menor en cantidad de unidades, un 10 por ciento menos.
“Los Argentinos aceleran sus visitas al supermercado para ganarle terreno a la pérdida de poder adquisitivo del peso argentino. Sin embargo cada vez compran menos volúmenes de producto en todas las categorías excepto bebidas que presenta un crecimiento. Incluso la clase media y media alta recurren con más frecuencia al canal de compra intensificando sus compras a los efectos de evitar la variación de precios futura de los productos que stockean” señaló Damián Di Pace Director de la Consultora Focus Market
El informe de la consultora también indicó que en promedio durante los último 8 años, la compra de los argentinos que habitan hogares de hasta 500 m2 ha oscilado entre las 4,5 y 5,5 unidades por visita al punto de venta. “Nominalmente, para realizar la misma compra cada vez se han requerido más pesos por la pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda”, detallaron.
“Entre 2014 y 2022 la inflación acumulada en nuestro país es del 1.652% con un promedio mensual para el período del 2,8% y anualizada promedio del 40,5% en todo el período. Hoy todos los guarismos actuales proyectados preanuncian una inflación récord para 2022 con inflación promedio mensual a la fecha superior al 5% e interanual del 64% pero proyectandola a anualizada en 92 % para 2022″, remarcaron en el informe.
“Las correcciones de la macroeconomía postergadas no cuentan con dique de contención. El retiro de subsidios nacionales para tarifas es muy pequeño en relación a la evolución del precio internacional de la energía en dólares, las brechas entre tipo de cambio oficial y paralelo se amplían, los incentivos para importar siguen abiertos pero restringidos, las condiciones para liquidar exportaciones son bajas con diferencias de hasta el 180% entre brecha más impuestos, la base monetaria más pasivos remunerados del BCRA crecen con necesidad de ampliar la tasa de interés para ofrecer un rendimiento por encima de inflación al mercado. Sin plan económico con aval de todo el cuadro político la microeconomía cada vez se resentirá más” concluyó Di Pace.