El Banco Central consolidó en las últimas jornadas su estrategia de “planchar” el tipo de cambio oficial para usarlo como estrategia antiinflacionaria. Con subas de apenas 5 centavos por día en promedio, el incremento de abril sería de sólo 1,6%, bien por debajo del 2,4% que había subido en marzo y de casi 3% de febrero.
Esta decisión contrasta con el aumento del dólar financiero, que acumula una suba de 12% en el mes, teniendo en cuenta la cotización del “contado con liquidación” y también con la suba del dólar libre, que ayer llegó hasta $ 158, mientras que el tipo de cambio minorista se ubica en $ 98,50.
La fuerte disparidad entre el ritmo de aumento del dólar que surge del mercado bursátil y del oficial llevó nuevamente la brecha cambiaria a más del 60%, cuando a principio de mes se había estabilizado en torno al 50%.
Ese valor estaba más cerca del promedio histórico que se había registrado durante el cepo cambiario durante el gobierno de Cristina Kirchner, entre 2012 y 2015. Cuando esa brecha se dispara también se acentúan las distorsiones del mercado, con fuerte presión de los importadores por acceder a divisas y por otra parte la reticencia de los exportadores por liquidar divisas.
¿Qué hay detrás de la suba del dólar libre? Aunque no existe un solo motivo, lo que parece tener más lógica es la expectativa de mayor emisión monetaria por las nuevas restricciones de movilidad que se avecinan. Esto generaría un aumento del gasto público para ayudar a los sectores más complicados, pero al mismo tiempo una caída de la recaudación por la menor actividad.
Esos pesos excedentes pueden potencialmente presionar sobre el tipo de cambio y eventualmente la inflación en los próximos meses. El titular del BCRA, Miguel Pesce, decidió implementar a pleno lo que ya había anunciado a principios de año, es decir desacelerar la suba del dólar oficial como herramienta para frenar la inflación. Con el aumento del 1,6% de abril, el ritmo de aumento anualizado se ubica levemente por encima del 20%.
Los mercados desconfían que el BCRA esté en condiciones de mantener el aumento del dólar oficial a un ritmo de 1,6% mensual como en abril. Por eso los futuros del dólar de Rofex muestran una suba esperada de 3% mensual hasta junio y por lo menos hasta las elecciones legislativas, que se harían en noviembre.
El mercado, sin embargo, desconfía. Los futuros de dólar en el Rofex muestran un ritmo de aumento de 1,6% para cobertura en mayo, pero a partir de junio salta al 3% mensual. Conclusión: los inversores creen que el BCRA no podrá sostener durante demasiado tiempo esta postura de devaluación tan acotada en un contexto de suba del dólar libre y una inflación que se mantiene alta entre el 3% y el 4% mensual.
Una buena noticia para el BCRA, más allá del dolor de cabeza que significa la suba de la brecha, es que en abril sigue acumulando dólares. Ayer compró alrededor de USD 70 millones y superaría los USD 1.500 millones en el mes, producto de la mayor liquidación de divisas del sector agrícola. La suba de la soja por encima de los USD 570 la tonelada también le asegura más compras por delante y al Gobierno una mayor recaudación en concepto de retenciones.
La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, advirtió la semana pasada que no descartaba la posibilidad de aumentar las retenciones en este contexto de fuerte aumento de los precios de las materias primas.
Pero esta decisión pondría al Gobierno nuevamente en pie de guerra con el campo, con el peligro de revivir la recordada crisis generada por la “resolución 125” en 2008, que buscó imponer retenciones móviles cuando el precio de la oleaginosa trepó a un histórico valor por encima de USD 600 la tonelada.