China volvió a ser durante julio el principal socio comercial de la Argentina, con una balanza que exhibió un nuevo desequilibrio para el país, al igual que en junio, luego de dos meses excepcionales de superávit (abril y mayo), según informó la Cámara de Exportadores. El mercado del país asiático representó ese mes el 11,3% de las exportaciones totales de productos argentinos y 21,9% de las importaciones, tan como precisó el análisis del Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la entidad empresaria.
Meses atrás China desbancó a Brasil como principal socio comercial de la Argentina y en Brasil ocupó el lugar de los Estados Unidos. Según el Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la Cámara de Exportadores, el intercambio comercial con China anotó entre exportaciones e importaciones u$s1.358 millones en junio pasado y concentró el 13,9% de los envíos locales y el 21% de las compras argentinas. Ahora, se espera que más comercio atraiga más inversiones. El comercio exterior con China (importaciones y exportaciones) sumó u$s1.303 millones, algo menos que en junio, y mantiene la preponderancia de los últimos meses ante la pérdida de gravitación de Brasil.
Los envíos locales sumaron u$s 553 millones en julio (-14,3% interanual), mientras las compras de bienes chinos llegaron a u$s 751 millones (-20,4% interanual). De este modo el déficit comercial para la Argentina fue ese mes de u$s 198 millones, luego del desbalance de u$s 26 millones en junio, detalló la Cámara de Exportadores. Las principales exportaciones argentinas a China durante julio fueron de: "los demás porotos de soja, incluso quebrantados", 50%; "carne bovina congelada deshuesada", 20%; y "grasas y aceites animales o vegetales", 9%.
Cabe destacar que Argentina es uno de los cinco países del mundo con peor performance en inversiones extranjeras. En 2019 recibió apenas u$s6.500 millones, un 10% de lo que recibe Brasil, y muy por debajo de Colombia y Chile. Sin embargo, tras el arreglo de la deuda con los acreedores externos y a pesar del difícil contexto económico interno del país y con la pandemia de fondo, las inversiones chinas en, por ejemplo, energía, no detienen su marcha.