La polémica rodea a la boxeadora argelina Imane Khelif, quien disputó su primer combate en los Juegos Olímpicos de París contra la italiana Angela Carini. El enfrentamiento duró solo 46 segundos. Después del combate, la italiana declaró: “Me duele muchísimo. Me dio dos golpes y ya no podía respirar. Nunca había sentido un puñetazo como este”.
El año pasado, Khelif había sido descalificada del Mundial de Boxeo 2023, celebrado en Nueva Delhi, debido a “no superar las pruebas de elegibilidad de género” por sus elevados niveles de testosterona detectados en las pruebas médicas de esa competencia, según informó la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), organizadora del certamen. En aquel momento, el presidente de la IBA, Umar Kremlev, explicó: “Probaron que tiene cromosomas XY y por eso fue excluida”, según reprodujo el diario Marca de la agencia de noticias rusa Tass.
Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió tomar un camino diferente al del organismo pugilístico y permitió su participación en París 2024. “Todos los atletas participantes en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos París 2024 cumplen con las normas de elegibilidad y de inscripción de la competición, así como con todas las regulaciones médicas aplicables de acuerdo con las reglas de la Unidad de Boxeo de París 2024″, indicó el COI en un comunicado.
La argelina es una boxeadora amateur destacada que ganó una medalla de plata en el campeonato mundial de la Asociación Internacional de Boxeo en 2022, señaló CNN. Sin embargo, el mismo organismo la descalificó el año pasado, poco antes de su combate por la medalla de oro, alegando niveles elevados de testosterona.
Khelif ha sido considerada por muchos de sus detractores como una mujer transgénero, es decir alguien que nace con características biológicas sexuales de un varón y se autopercibe y comporta como mujer.
Sin embargo, la argelina Khelif se identifica como una mujer cisgénero, es decir, una persona a la que se le asignó el género femenino al nacer y que se identifica y expresa como tal. Debido a estas declaraciones, su aspecto físico y los trascendidos sobre sus niveles de testosterona, muchos la definen como una persona intersexual.
Qué es el cromosoma XY
El cromosoma X es uno de los dos cromosomas sexuales que participan en la determinación del sexo en los seres humanos y la mayoría de los mamíferos.
Según la definición del Instituto Nacional del Genoma Humano de los Estados Unidos, existen dos cromosomas sexuales para los seres humanos: X e Y, cuya combinación define el sexo. Las mujeres poseen dos cromosomas X en sus células, mientras que los hombres tienen un cromosoma X y uno Y.
Consultado por Infobae, el médico genetista Gabriel Ércoli (MN 142.115) amplió: “El par sexual se refiere a los cromosomas que determinan el sexo biológico de un individuo. En los seres humanos, hay dos tipos principales de pares sexuales: XX, que corresponde al sexo biológico femenino, ya que las mujeres tienen dos cromosomas X en su par sexual. Y el tipo XY, que corresponde al sexo biológico masculino. Los hombres tienen un cromosoma X y un cromosoma Y.
“Estos cromosomas juegan un papel fundamental en la determinación del desarrollo de las características sexuales primarias y secundarias”, agregó el genetista.
En diálogo con Infobae, el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin (MN 74.794) señaló que si bien lo habitual es considerar los cromosomas sexuales: X y Y para el hombre, y XX para la mujer, “en los estados de intersexualidad, estos cromosomas pueden mezclarse, por ejemplo, pueden aparecer combinaciones como XXY. Esto significa que una persona puede nacer con órganos sexuales femeninos y masculinos atrofiados o no completamente desarrollados”.
Qué es ser intersexual
Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), “las personas intersexuales nacen con características sexuales (anatomía sexual, órganos reproductivos, patrones hormonales y/o cromosomales) que no encajan con los conceptos típicos binarios de cuerpos masculinos y femeninos. Estas características pueden variar ampliamente y no siempre son evidentes desde el nacimiento”.
Por su parte, el doctor Ércoli detalló que ser intersexual significa “nacer con características a nivel sexual (genitales, gónadas, niveles hormonales, cromosomas) que no encuadran anatómicamente dentro de los patrones sexuales que constituyen el sistema binario varón/mujer. Las personas intersexuales pueden tener una combinación de características biológicas masculinas y femeninas”.
“La intersexualidad se refiere a aspectos biológicos a nivel anatómico y corporal, no a la identidad de género ni a la orientación sexual”, afirmó el genetista.
En tanto, el psiquiatra y sexólogo Ghedin, describió que “la intersexualidad no se refiere al género u orientación sexual, sino de una disposición genética que hace que compartan en su cuerpo órganos sexuales masculinos y femeninos, los cuales pueden estar en funcionamiento, generando dos tipos de hormonas al mismo tiempo. A veces, un órgano puede estar más atrofiado, pero sigue presente y puede producir hormonas. Estos son estados de intersexualidad”.
“Los cromosomas sexuales determinan el sexo genético de una persona: XX en mujeres y XY en hombres. En casos de intersexualidad, pueden existir combinaciones atípicas, como XXY, que causan variaciones genéticas. Además de causas genéticas -continuó Ghedin- hay otras de tipo endocrino o glandular que pueden generar intersexualidad. Quizás es difícil de comprender porque sobre esta base biológica se suma el género que adopta la persona. Cuando hablamos de intersexualidad, nos referimos a una base puramente biológica, diferente al concepto de género”.
Por su parte, el médico psiquiatra Adrián Helien, especialista en sexología clínica, fundador y coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgéneros del Hospital Durand puso reparos a las clasificaciones clásicas de intersexualidad: “No es sencillo contestar qué es ser intersexual, porque no hay una sola forma de serlo, hay muchísimas”. Y agregó: “Es más complejo que las categorías habituales en las que se interpreta que ser XX (N.d.R. tener los cromosomas XX) es ser mujer y tener los cromosomas XY es igual a ser varón. Ser intersexual puede incluir más cromosomas o la ausencia de algunos cromosomas, existen muchísimas fórmulas”.
En tanto, la doctora Luz María Moreno Tetlacuilo, responsable del Programa de Estudios de Género y Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México (UNAM), planteó que “la intersexualidad es un término que se refiere a las variaciones corporales de las características sexuales que se originan durante la diferenciación sexual en la etapa embrionaria”.
“Esas variaciones pueden presentar una apariencia sexual atípica que no corresponde con las características típicas de hombre o mujer y pueden ser evidentes al nacimiento o aparecer hasta la adolescencia o adultez”, añadió Moreno Tetlacuilo en declaraciones a la Gaceta de la UNAM.
¿Una mujer puede tener un cromosoma X e Y?
“Una mujer usualmente tiene dos cromosomas X en su par sexual, pero en ocasiones puede tener cromosomas XY debido a condiciones genéticas como el Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos. En esta condición, el cuerpo no responde a las hormonas masculinas (andrógenos) como la testosterona. Aunque la persona tiene un cariotipo XY, desarrolla características sexuales femeninas. También puede ocurrir en otros casos, como el síndrome de Swyer, donde las personas tienen un cromosoma Y, pero las gónadas no se desarrollan como testículos, y las características físicas son compatibles con las del sexo femenino”, explicó el doctor Ércoli.
En cuanto al rendimiento deportivo, el genetista detalló que los andrógenos son hormonas como la testosterona que influyen en características masculinas y rendimiento físico. Las mujeres también tienen andrógenos, pero en niveles inferiores a los varones.
“Las mujeres con niveles más altos de andrógenos suelen tener mayor masa muscular y fuerza. También presentan mayor resistencia y recuperación luego del ejercicio, junto con un menor porcentaje de grasa corporal. Por todo esto, pueden tener ventajas en deportes que requieren fuerza y resistencia”, concluyó Ércoli.
En tanto, el doctor Ghedin dijo que “las diferencias hormonales determinan ciertas características, es decir, la apariencia externa puede tender a ser masculina o femenina. La cantidad de hormonas también varía: estrógenos para características femeninas y testosterona para características masculinas. Si la testosterona predomina, la persona tendrá más características masculinas y mayor desarrollo muscular. Si esta persona entrena, potenciará la acción de sus músculos, pero todo depende del entrenamiento que realice. Una persona con alta testosterona puede tener fuerza muscular, pero si no la entrena, esa fuerza no será intensa”.