La fiesta completa. La Selección vino a Emiratos Arabes a darle el cierre a la última etapa previa al Mundial de Qatar y se fue con sensaciones más positivas de las esperadas. Porque la Scaloneta goleó al seleccionado de Arruabarrena (algo esperable) por 5 a 0, pero lo interesante fueron las formas, que Messi volvió a brillar y marcó el cuarto, que Di María la rompió con dos goles, que Julián la metió (el 1-0) y que varios están encontrando su mejor forma luego de lesiones (Foyth, Paredes, Acuña) para intentar llegar con el plantel óptimo al 22 ante Arabia Saudita. Como si fuera poco, Joaquín Correa, uno de los seis cambios que hizo Scaloni, metió el quinto.
La goleada sirve para estirar el invicto hasta 36 partidos, para quedar a sólo un encuentro del máximo record histórico (Italia con 37) y para continuar con el ánimo en positivo. Porque Abu Dhabi, que está a 546 kilómetros de Doha, fue casi un fan fest de lo que comenzará este domingo. Porque la Scaloneta definió todo en el primer tiempo con una actuación sólida (salvo algunos errores defensivos por la derecha, generados por Harib Abdalla Suhail) ante un rival entusiasta, pero de calidades pobre.
Así, en un encuentro difícil de jugar, con el debut seis días, nadie arriesgó de más, pero tampoco se levantó la patita. La idea de dejar una imagen convincente que se habló en la previa en la concentración quedó más que en claro en el imponente estadio del Al Jazera. Porque con Messi en la conducción, con Di María en su mejor estado, con Julián en sintonía y todos entregando el 100, la Selección armó un festival en Abu Dhabi.
Fue en ese primer tiempo cuando llegaron los goles: el primero de Julián, tras asistencia de Messi; el segundo tras el pase genial de Acuña, una volea made in Angelito; en el tercero Di María sacó el potrero para hacer gatear al arquero: y en el cuarto, el que no podía faltar, el grito de Leo para que los emiratíes que colmaron el estadio puedan decir "yo vi un gol de Messi".
El segundo tiempo fue un entrenamiento con gente, un amistoso internacional para volver a probar una línea de cinco (la última vez, ante Venezuela en Madrid. en 2019), para tenerla a mano si en algún momento se necesita en el Mundial. Lo que se ensayó en la última práctica en Abu Dhabi, se llevó al campo de juego: tres centrales (Foyth -el único en deuda de la noche-, Pezzella y Lisandro), dos laterales con proyección, tres volantes con mucho juego y recorridos no tan largos (De Paul, Paredes y Enzo Fernández), Messi y Joaquín Correa.
Está claro que el partido ya estaba definido, pero al equipo le costó adaptarse (un tiro en el travesaño de Harib Abdalla Suhail y una jugada que entre Diby y Pezzella salvaron el descuento) un poco al esquema hasta que De Paul filtró un pase para que Joaquín Correa también llegue en racha goleadora al Mundial.
Messi terminó el partido regalando su talento, haciendo deleitar al público con sus genialidades, con esos pases cortitos, con la bola siempre cerca de la zurda y marcándole el camino a sus compañeros de la importancia de jugar un partido con la camiseta de la Selección. Ya no hay más espera, ya es tiempo de Mundial. Y de soñar.