River empató 0 a 0 con Defensa y Justicia en Florencio Varela. Su único delantero fue un Braian Romero que desde hace rato anda peleado con el gol y a contramano del equipo. Julián Álvarez no estuvo, afectado a la Selección, y no estará: desde este martes empezó a correr su último mes en el club. Matías Suárez sigue lesionado y su pronóstico físico anuncia probabilidades de altibajos para lo que sigue.
El juvenil Londoño también está out por lesión y aún ni siquiera suma minutos en Primera. No hubo delanteros en el banco de los suplentes. El mercado de pases, anunció Gallardo, pinta muy difícil: no abundan los arietes de jerarquía para traer; las condiciones económicas del fútbol argentino son desfavorables a nivel global; al conocer las urgencias del River, los clubes se aprovechan y piden fortunas por sus figuras.
¿Cómo se explica que en ese contexto, de unas horas a esta parte, todo el mundo River solo hable de la posibilidad de incorporar a Luis Suárez (Luis Suárez) y que la gente haya hecho tendencia el #LuchoVeníARiver en redes? Probablemente porque el fútbol, la vida, usa como motor a los sueños. Y pensar en Suárez con la Banda es uno de ellos, uno bien grande. Un sueño que, de todas maneras, tiene un contexto particular y un anclaje real en el llamado de Enzo Francescoli a su compatriota.
Es tan cierto que las chances de que el ex Barcelona juegue en Núñez son por demás escasas como que la ilusión de River existe: aunque, como había expresado públicamente hace un par de semanas en una entrevista (con El Larguero) Lucho le aclaró a Francescoli que hoy su prioridad es seguir en Europa para no perder status competitivo, el goleador uruguayo de 35 años no quiso cerrarle la puerta al CARP.
En la conversación, LS dijo que por ahora esperará para analizar todas las propuestas de un mercado que en el Viejo Continente arranca recién el 1° de julio y que se extiende hasta el final de agosto. El desfasaje argentino en la ventana de transferencias y el calendario de competencias no juega del todo a favor: además de lo que implica en términos económicos y para la comodidad de una familia que está instalada del otro lado del océano desde hace más de 15 años, los tiempos europeos son más amables para un Suárez que no estuvo en la gira de la Celeste por Estados Unidos porque viene de someterse a un tratamiento con células madre intraóseo en la rodilla izquierda que le demandará una pretemporada a partir de julio.
Para River, claro, no sería un problema esperarlo aún con la competencia ya empezada: para anotarlo en la lista de octavos de final de la Copa tiene tiempo hasta el 25/6, pero Conmebol también permite cambios eventuales para cuartos y semifinales.
¿A QUÉ SE AFERRA RIVER PARA SOÑAR CON TENERLO?
Primero a la respuesta del propio Suárez que dejó puntos suspensivos y segundo, principalmente, a la prioridad deportiva del amigo de Messi de llegar al Mundial con Uruguay (en iguales condiciones están Muslera, un Godín que se acerca a Vélez y Martín Cáceres) con rodaje en un club que le asegure la continuidad que no le dio el Cholo Simeone este semestre en el Atlético de Madrid (20 PJ, pero 13 de ellos ingresando desde el banco).
Por supuesto que también habrá otros clubes europeos en los que tendría poco menos que garantizada la titularidad: de momento, Lucho maneja opciones para quedarse en España como las de la Real Sociedad o el Sevilla, una propuesta desde Italia, sondeos de Inglaterra y el deseo y los billetes del Fenerbahce turco. Eso sin contar que incluso en esta parte del mundo el propio delantero admitió que también recibió ofertas de Brasil y México.
En cuanto a lo económico, huelga decir que River corre de atrás en el plano internacional, pero en el club vieron la factibilidad: con el pase en su poder, el contrato de Suárez sería la única inversión fuerte por hacer. Una inversión que representaría cerca de un 30% de lo que gastaría, por caso, en la ficha (u$s 13.500.000) y el salario de Valentín Castellanos o un 70% de lo que podría gatillar para quedarse con Borja, cuya negociación sigue abierta por un carril paralelo que es independiente al sueño de tener a Lucho, que por ahora es eso: un sueño. ¿Es probable que se dé? No. ¿Es imposible? Tampoco...