El ministro de Economía, Sergio Massa, dará hoy varias señales concretas de que busca ordenar las cuentas públicas y así asfaltará el camino para llegar en dos semanas a una reunión con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
La primera es despejar los vencimientos. Este lunes, el Gobierno no renovó un anticipo transitorio de 10.000 millones de pesos. Massa ya había anticipado que no demandará más emisión del Banco Central hasta fin de año. Pero si tiene que financiarse con bonos del Tesoro, lo prioritario es despejar los próximos tres meses.
Por eso, hoy se concretará el canje voluntario de bonos, para lo cual Economía ofrecerá un menú de tres bonos duales, que ofrecen rendimientos atados a la inflación (más un plus) o a la devaluación del dólar oficial. La licitación, creen, será exitosa.
El jueves próximo, el Ministerio de Economía licitará deuda para cubrir vencimientos por más de $400.000 millones, de poco más de $537.000 que operan en agosto, cifra que salta en septiembre a $1,2 billones, y a otro billón de pesos en octubre.
La otra señal será poner un límite a los gastos de cada ministerio. Este martes encabezará una reunión con los directores de administración de todas las carteras para poner un techo. Actuará, en los hechos, como un jefe de Gabinete, sin pasar por los ministros. La orden de desacelerar el gasto, sostiene, debe llegar directa y ejecutarse rápidamente.
Esto significa que los ministerios no podrán gastar más que lo que ya tenían presupuestado para 2022. En otras palabras, no se beneficiarán con el aumento de la recaudación que se deriva de la mayor inflación.
Massa viajará a Washington en dos semanas y se reunirá con la titular del FMI, Kristalina Georgieva: ahí ratificará el compromiso de bajar el déficit. Pero la meta no es sencilla de lograr, y si no se recorta el actual desvío, el país no obtendría el desembolso de septiembre.