El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó las proyecciones de crecimiento para la Argentina a 4% en 2022, un punto porcentual más de lo previsto en enero último, y al mismo tiempo bajó las proyecciones mundiales de crecimiento debido a las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Las estimaciones del país se dieron a conocer este martes durante la presentación del World Economic Outlook y estuvieron a cargo de Pierre-Olivier Gourinchas, el nuevo economista jefe del FMI, de la Universidad de Berkeley, quien sucedió en el cargo a Gita Gopinath.
Las proyecciones para la Argentina resultan incluso por arriba de las las emitidas hace apenas 10 días por otros organismos como el Banco Mundial, que estimó que el país crecerá 3,6% durante el período en curso.
Respecto de las estimaciones de la inflación, el Fondo proyectó para 2022 un número que es el tope de las metas indicativas en el acuerdo con el FMI aprobado a fines marzo (48%); sin embargo la propia titular del Fondo, Kristalina Georgieva, anticipó que se trata de uno de los temas que habrá que "recalibrar" tras la evidencia de la presión inflacionaria en el país y a la crisis internacional que profundizó la guerra.
Asimismo, el fondo estimó para Argentina que la cuenta corriente de los bienes y servicios serán superavitarios en U$S 500 millones, mientras que la tasa de desempleo rondará el 9,2% también para 2022.
A nivel mundial
"Más allá de los impactos humanitarios inmediatos, la guerra retrasará gravemente la recuperación mundial, ralentizando el crecimiento y aumentando aún más la inflación", alertaron desde el organismo.
"Este informe proyecta un crecimiento mundial del 3,6 % en 2022 y 2023: 0,8 y 0,2 puntos porcentuales menos que en el pronóstico de enero, respectivamente. la rebaja refleja en gran medida los impactos directos de la guerra en Rusia y Ucrania y los efectos secundarios mundiales", precisó Gourinchas durante la conferencia de prensa.
Según el economista jefe del Fondo, "las perspectivas económicas mundiales se han visto seriamente afectadas, en gran parte debido a la invasión de Ucrania".
📣 El FMI proyecta que la economía mundial se enfriará a 3,6% en 2022 y 2023, sobre todo por el impacto directo de la guerra de Ucrania y su impacto mundial.
— FMI (@FMInoticias) April 19, 2022
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En este contexto, se revisaron las perspectivas de crecimiento de la Unión Europea para este año a la baja en 1,1 puntos porcentuales, debido a los efectos indirectos de la guerra.
Para América Latina, limitaron el crecimiento de la región a 2,5%, tanto para 2022 como para 2023, debido a la ralentización esperada en las economías de Estados Unidos y China, los grandes socios de la región, que crecerían 3,7% y 4,4%, respectivamente en 2022; en tanto Brasil, el país más grande del Cono Sur, crecería apenas 0,8% en el mismo período.
En cuanto al nivel de precios en el mundo, "se proyecta que la inflación se mantenga elevada durante mucho más largo que en nuestro pronóstico anterior, tanto en avanzado y economías de mercados emergentes y en desarrollo y, en muchos países, la inflación se ha convertido en un factor central inquietud", señaló el informe del FMI.
En particular para las economías de "mercados emergentes y en desarrollo, los aumentos en los precios de los alimentos y los combustibles podrían aumentar significativamente el riesgo de disturbios sociales", consideraron en el informe.
Incertidumbre
Por último, el Fondo advirtió que "debido a la naturaleza sin precedentes del choque, destacamos que la incertidumbre en torno de estas proyecciones es considerable, muy por encima del rango habitual".
En este sentido, "el crecimiento podría desacelerarse significativamente más mientras la inflación podría resultar más alto de lo esperado si, por ejemplo, sanciones destinadas a poner fin a la guerra se extienden a un nivel incluso mayor volumen de energía rusa y otras exportaciones", concluyeron.
Por último, Gourinchas manifestó que se está en camino a un mundo más multipolar dado el surgimiento de los mercados emergentes en la economía global, "pero sería desastroso si la economía global se fragmentara en sistemas competitivos con diferentes estándares", alertó a los periodistas.
El economista jefe del Fondo consideró que "una transición controlada hacia un mundo más multipolar sería un resultado preferible, ya que mantendría y protegería los logros alcanzados por la globalización".