No serán las últimas ni, todo indica, las más duras. El Gobierno tomó un puñado de medidas drásticas en un intento de frenar, o al menos demorar, la propagación del coronavirus en Argentina. Las clases en jardines, primarias y secundarios se suspenden hasta el 31 de marzo, se cierran las fronteras hasta la misma fecha -con posibilidad de una prórroga- y los mayores de 60 años, las embarazadas y los menores de 60 en condiciones "de riesgo" tendrán licencia en sus puestos de trabajo. "Muchas veces los chicos son portadores y terminan contagiando a familiares y adultos. Con esa idea hemos tomado una decision: suspender las clases desde mañana (por hoy) hasta el 31 de marzo", anunció Fernández. Más allá de la suspensión, las escuelas quedarán abiertas para alimentar a los chicos que asisten a los comedores escolares.
En simultáneo, el Poder Ejecutivo reforzó la determinación de que no se realicen eventos masivos -cine, teatros, encuentros deportivos- y el Gobierno Nacional, junto a la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, analizarán un esquema para reducir el transporte público. El universo que conforman la Capital y el conurbano bonaerense concentran el 70% de los casos, puntualizó el Presidente, y es en esa mega región donde hay que tomar medidas para disminuir la circulación. Este lunes, anticipó Alberto Fernández, habrá una reunión entre funcionarios de las tres administraciones para avanzar con acciones en ese segmento. El sábado, como contó Clarín, Fernández convocó de urgencia a una reunión con ministros y especialistas en la quinta de Olivos para la tarde de este domingo. Y avanzó con la decisión de extremar las medidas contra el coronavirus.
Mientras esa reunión se desarrollaba, se confirmaron 11 casos nuevos y la cifra trepó a 56 infectados con dos fallecidos. En el menú estuvo, por unas horas, la hipótesis de una cuarentena total, casi un espejo de la situación de alarma que rige en Italia y España. Pero no. Todavía no. "No es una medida fácil", dijo el Presidente, aunque en el Gobierno no descartan que si se agrava el panorama, ese sea el próximo paso. "Tenemos que minimizar la circulación del virus", dijo Fernández como prólogo del detalle de las medidas y especificó: "Lograr que tarde lo más posible en convertirse en un virus autóctono". “Respecto a los trenes y subtes, es algo que ya empezamos a trabajar. Tiene que ver con el mayor problema, que es la circulación humana. Mañana (por este lunes) entre las medidas que vamos a anunciar seguramente esté el trabajo a distancia, sin necesidad de moverse en la ciudad”, aseguró Fernández.
Además de la licencia a los mayores de 60 años, embarazadas y menores de 60 con cuadro de riesgo, el Presidente apuntó a una acción más general vinculada al trabajo remoto, el home office. "Todos lo que puedan hacer trabajo a distancia que lo hagan" dijo el Presidente. Ya hay una resolución, la número 3 del sábado pasado, que contempla ese mecanismos para empleados estatales. Se ampliará al sector privado. Todas las medidas, que no serán las últimas, tiene un trasfondo: Fernández dio a entender que es inevitable que haya circulación local del virus pero, planteo, el objetivo del paquete de medidas es "ganar tiempo, que eso sea más lento". El objetivo es puntual: evitar lo que ocurrió en otros países, sobre todo los europeos, donde el aumento exponencial de casos saturó los sistemas de salud y eso generó el pico de muertes. Italia fue, hasta acá, el caso más dramático.
Junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, Fernández habló de "tomar medidas drásticas, en conjunto para impedir la proliferación" del coronavirus. El Presidente fue el único que habló, pidió "que se queden en casa" los que puedan hacerlo para disminuir la circulación de gente "y la circulación del virus" y, a la vez, pidió tranquilidad. "Si hacemos las cosas bien, los riesgos se van a minimizar", aseguró Fernández que habló de un coronavirus como un enemigo invisible. Lo ligó con otro contexto: aseguró que se enfrenta un doble problema porque se pelea "contra la pandemia y contra la psicosis". La semana pasada, tras encabezar una reunión del comité interministerial por el coronavirus, Fernández apuró un DNU para establecer una cuarentena obligatoria para los procedentes de países considerados críticos, lista que incluyo EE.UU. Europa y algunos países de Asia.
Este domingo el Gobierno anunció un refuerzo de los controles fronterizos: prohibió el ingresos de extranjeros durante 15 días, mientras que los argentinos que están en el exterior serán repatriados y los que quieran salir, a su vez, podrán hacerlo. En las próximas horas, habrá definiciones y detalles, además de nuevas medidas. En rigor, la suspensión de clases tenía hasta este domingo al atardecer el OK de la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia, mientras que por la noche adhirió la provincia de Córdoba. Como la educación depende de las provincias, cada gobierno provincial debe decidir si se suspende o no el dictado de clases. Algunas provincias, como Misiones y Jujuy, ya lo hicieron. En otras, que no han tenido casos confirmados ni sospechosos, podrían continuar. Fernández habló, también, de los partidos de fútbol que podrán disputarse a puertas cerradas como otros eventos deportivos.
Pidió, por eso, que "se abran las transmisiones a la televisión abierta" para garantizar que todo los habitantes puedan verlos. Lo que queda prohibido es la aglomeración en cines o teatros, aunque el detalle se conocerá recién este lunes. Algo simular ocurre con comercios y shoppings. La recomendación oficial es que los centros comerciales con mucha circulación de gente cierren sus puertas, pero que pueda permanecer abiertos los comercios de cercanía para el abastecimiento diario de las familias. En paralelo, este lunes se reunirá el gabinete económico social para analizar medidas destinadas a reactivar la economía y acompañar a sectores vulnerables.