A días de la segunda vuelta en Uruguay, el presidente electo, Alberto Fernández, viajó a Montevideo y almorzó con el candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez. Antes, Fernández mantuvo una reunión con el presidente uruguayo Tabaré Vázquez. Fernández llegó temprano a la capital uruguaya, en un viaje relámpago con un fuerte peso político: el apoyo al oficialismo a pocos días del balotaje, que puede marcar el final de los gobiernos frenteamplistas inaugurados en 2004. Por la mañana se reunió Tabaré Vázquez en la residencia Suárez, de la ciudad de Montevideo. Tras el encuentro con el mandatario oriental, Fernández brindó una conferencia de prensa en la que calificó a Vázquez y a Martínez como "amigos".
"Acabo de tener una reunión espléndida con Tabaré, a quien quiero y respeto mucho. Me va a acompañar en mi asunción el 10 de diciembre. Y ahora voy a almorzar con Daniel. Valoro mucho lo que ha pasado en Uruguay en estos últimos años y siento un cariño entrañable por los dos, pero no quiero que piensen que me entrometo en las elecciones", explicó el presidente electo. El domingo 24, Martínez disputará el balotaje con Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, en una elección que se presenta reñida y que este miércoles tuvo una particularidad: por primera vez se realizó el debate presidencial establecido por ley.
Alberto compartió, en los últimos tiempos, varios encuentros con José "Pepe" Mujica, referencia emblemática del Frente Amplio. Y mantiene contacto con Tabaré, a la que vez que compartió actividades con Martínez. Ante la consulta de un periodista, Fernández aclaró que no tiene un encuentro previsto con Lacalle Pou, aunque aclaró que "lo primero que tienen que saber es que Uruguay y Argentina no tienen posibilidad de tener un mal vínculo".
"Daniel es mi amigo y puede ser un gran presidente, pero eso lo van a resolver los uruguayos. Argentina y Uruguay están obligados a tener el mejor vínculo", advirtió Fernández, quien reveló que viajará a Europa antes de su asunción para reunirse con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte. Fernández se involucrará, por pedido de Tabaré, en la campaña del candidato del Frente Amplio, un movimiento que en cierto modo puede leerse como en defensa propia: una derrota de Martínez puede leerse como un revés regional para el sector progresista del que forma parte Fernández. El golpe en Bolivia, que derivó en la renuncia de Evo Morales tras el ultimátum de las FFAA, alteró otra de las terminales de ese universo ideológico.